Todos nosotros sabemos reconocer cuándo una canción nos
parece "alegre" o nos parece "triste". Generalmente
asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo.
Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método
para curar o reducir diversos problemas de salud.
La idea de base es reconocer que gran parte de las
enfermedades tienen su origen en el cerebro, quien luego transmite a una parte
del cuerpo un estímulo determinado que reproduce una enfermedad. Con la
musicoterapia se intenta hacer llegar al cerebro unos estímulos que le lleven a
una relajación o anulación de los que reproducen la enfermedad a través de
diversas melodías con las que se pueden conseguir efectos sorprendentes.
Aunque la musicoterapia ya se conoce desde la antigüedad, en
los años 40 de nuestro siglo se utiliza como rama de medicina recuperativa, que,
con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuyendo a un equilibrio psicofísico
de las personas. Hoy en día se aplica fundamentalmente en desequilibrios
nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, alcoholismo,
drogas y como prevención de suicidios, aunque todavía es necesario profundizar
mucho más en el tema.
La herramienta sonora más poderosa según muchos terapeutas
del sonido es el canto de armónicos. A través de nuestras propias voces,
podemos proyectar a la parte enferma la frecuencia de resonancia correcta, y
devolver su frecuencia normal. La entonación de armónicos afecta incluso al flujo
de la kundalini de las tradiciones místicas. Tema muy relacionado con los
mantrams tibetanos realizados para limpiar los chakras y despertar su energía
para alcanzar la iluminación.
Me encanta tu estilo, gracias José.
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