Aquello que
defendemos está vinculado a nuestros valores. Éstos son estados emocionales que
experimentamos y queremos vivir o son aquellos que evitamos. Es el mapa de la
vida, los valores guían nuestras decisiones. Son el por qué haces lo que haces
y lo que es más importante son los por qué detrás de las acciones que
realizamos. Cuando sabemos lo que es importante, movernos hacia eso que
queremos, es muy fácil.
Alguna vez te
ha sido difícil tomar una decisión, ¿si verdad?, una de las tantas razones es
que no has tenido claro lo que valoras de la situación. Los valores es todo
aquello que defiendes, lo que crees que es fundamental en tu vida como la
felicidad, el respeto, salud, crecimiento, logro, aventura, creatividad,
pasión, conexión.
¿Cuáles crees
son tus valores?
Hay personas
que a raíz de algún problema, olvidaron cuáles fueron sus valores para ese
momento y han tomado una decisión donde han estado totalmente desalineados con
eso que creen. Como resultado de su incongruencia, la persona empieza a autocriticarse
y termina sintiéndose infeliz y decepcionado. Sin ni siquiera cuestionarse en
lo que para él es importante en su vida.
“Cuando vives de acuerdo a tus más altos
valores te conviertes en alguien inspirado y despiertas el genio que hay en ti”
Demartini
Puede pasar
que hemos creído muchas veces que las circunstancias que nos ha tocado vivir
controlan la vida. No son estas circunstancias las que controlan la vida, son
los significados que le damos a esas vivencias. Por ejemplo: dos mujeres
cumplen 70 años en abril, una puede pensar que está muy vieja para aprender
cosas nuevas, que no es posible ser ágil con una computadora, he ha quedado
para cuidar nietos, mientras que la otra piensa es el mejor momento para ir
África, para aprender una nueva lengua, hacer yoga. Para una, las creencias que
tiene sobre la edad la limitan a la soledad y tristeza y en cambio a la otra la
empoderan a sentirse viva, con nuevas ilusiones.
Este ejemplo
pone en evidencia que el pasado no configura el presente y por ende el futuro,
sino la interpretación que le damos a esos acontecimientos.
Lo que crees,
establece la diferencia entre una vida plena de gozo o una vida llena de
miseria y dolor. Lo que crees, puede convertirte en un héroe o un perdedor.
La fuerza que
guía lo que crees, la puedes clasificar en dos fuerzas, la del placer de todo
aquello que te da felicidad, alegría, entusiasmo o la de evitar el dolor, el
sufrimiento, la tristeza de las cosas.
¿Cuál de estas
dos fuerzas puede estar ahora influenciando en tu vida?
Si tu fuerza
más activa es la felicidad o sea el placer que te da hacer lo que haces, por
muy simple que sea lo que hagas estarás feliz, de lo contrario si la fuerza
motivadora es evitar sufrir o sentir que la vida que llevas no tiene sentido y
no te llena.
Te has dicho a
ti mismo: ¿Para qué intentar esto si al final no lo voy a lograr? Generalizamos
porque quizás hemos tomado en nuestra vida decisiones que no han sido las más
apropiadas en nuestro negocio, nuestro hogar, con los demás y estás decisiones
las hemos basado en los significados y como resultado nos saboteamos a nosotros
mismos. Cuando generalizamos de forma global una situación particular, lo que
hacemos es limitarnos en la toma de decisiones posteriores acerca de quiénes
somos y de los que somos capaces de hacer. Así pues, las creencias son
significados generalizados que provienen del pasado, fundamentado en las
representaciones de experiencias de placer y dolor. Muchas veces se basan en
malas interpretaciones del pasado y olvidamos que es una interpretación,
considerándolas nuestra realidad, ni siquiera pensamos en cuestionarnos esas
creencias que nos limitan o nos empoderan, simplemente las interpretamos como
reales. Así que lo que hacemos con la vida son acciones que nacen de los
resultados de las creencias, para conducirnos al dolor o al placer. En
consecuencia, si quieres dirigir tu vida debes tener control consciente sobre
lo que crees.
“Los medicamentos no siempre son necesarios,
(pero) la creencia en la recuperación siempre lo es”. Cousins
Así que una
creencia es un sentimiento de certidumbre sobre algo, un sentimiento de
confianza que te permite aprovechar recursos capaces de producir esos
resultados que deseas. Como ya sabemos todas las respuestas las tenemos dentro
de nosotros mismos, allí están aquellas respuestas que necesitamos, sin embargo,
sucede que cuando por falta de creer en nosotros mismos o por falta de
confianza, nos es difícil acceder a esos recursos internos, necesarios dentro
de nosotros.
Muchas veces
recibimos representaciones de malestar, fracaso, dolor en nuestras vidas y
creemos que nada de lo que hagamos mejorará la situación, sin que importe lo
que hagamos. Estas son las creencias que no debemos tolerar, si queremos vivir
plenamente, tener éxito y obtener logros en la vida. Ellas te privan de tu
poder personal y te limitan en el actuar.
Tomando en
cuenta esto, que te parece si te decides a cambiar por lo menos una de las esas
creencias limitadoras que tienes y no te permiten gozar de lo que quieres.
Una forma
efectiva de cambiar las creencias limitadoras es que el cerebro asocie un
fuerte malestar (tristeza, decepción, enojo) o sea esa creencia que tienes de
que no es fácil aprender inglés. Imagínate y siente profundamente como el creer
que no puedes aprender hablar inglés te hace sentir poco inteligente,
fracasado, inútil, esto no solo te ha costado el malestar del pasado sino
también el sentimiento que tienes en el presente que no te deja moverte en el
futuro.
Recuerda una
situación donde hayas asociado el placer de sentirte inteligente, capaz,
triunfador como cuando juegas al fútbol, o cuando cocinas, siéntela
profundamente, mírate a ti mismo/a con ese sentimiento y cuando lo sientas en
todo tu cuerpo , tócate el lóbulo de la oreja para guardar allí la emoción,
repítelo algunas veces. Recuerda la intensidad de la emoción y luego tócate
también con la misma intensidad. Cuando estés en uno de esos momentos que te
sientes enojado solo toca el lóbulo de tu oreja, y notarás cambios en ti.
Lo que
hacemos, lo hacemos para evitar el dolor y para obtener el placer, y cuando
asociamos suficiente dolor a un evento es probable que se produzca la
posibilidad de cambiar.
La verdadera
razón por la que tenemos una creencia que nos limita es por la relación directa
que tenemos a un gran dolor. Así que el malestar es la forma más poderosa para
cambiar una creencia que no nos deja avanzar.
Identifica la
creencia que te limita y escríbela.
¿Te gustaría
identificar tus creencias limitadoras que te producen efectos negativos en lo
que quieres?
¿Qué no has
logrado hasta ahora?
¿Qué
consecuencia negativa has experimentado en tu vida a consecuencia de esta
creencia limitadora?
“Somos los que pensamos. Todo lo que somos
surge con nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos, hacemos nuestros
mundos”. Buda
Espero que
disfrutes del ejercicio, la acción es la clave del éxito.
“Un barco atracado en un puerto está seguro,
pero no es la finalidad para la que fue construido” W. Shedd
Se podría
decir que la zona de confort o de comodidad es lo que nos limita a movernos
hacia el destino que buscamos. Es ese lugar donde estamos cómodos y renunciamos
a tomar la iniciativa. Una persona puede estar en la zona cómoda y creer que
las cosas funcionan de la manera como las está viviendo, también puede suceder
que no estés tan bien con la situación que estás experimentando y decides
quedarte allí a pesar del malestar que te causa la situación en la que estás
viviendo. No necesariamente significa que si estamos cómodos y todo nos resulta
conocido nos va ir mal o tenemos que cambiar, sólo si la situación que estamos
viviendo comienza a afectarnos en la vida diaria. Es en este momento, donde
podemos tomar alguna iniciativa para hacer cambios que me lleven a sentirme
mejor, por eso es importante saber con claridad hacia donde nos dirigimos.
La zona de
comodidad está creada por nosotros mismos para protegernos de los miedos y para
evitar caer en el sufrimiento. Cuando nos encontramos allí es muy fácil engañarnos
que todo está bien y que algún día todo cambiará, así pueden pasar los años y
nunca hacemos nada por cambiar, estar en nuestra zona cómoda es renunciar a ser
dueños de nuestra vida, es abrazar el miedo a fracasar, hacer el ridículo, al
qué dirán las otras personas a sufrir una nueva decepción, otras veces no
sabemos cómo salir de allí, o simplemente no queremos pagar el precio de lograr
nuestra felicidad. Fíjate que podría pasar si solo hacemos una pequeña acción
(tarea) para empezar a crear el cambio, conseguiríamos tener más confianza, nos
sentiríamos más capaces por ende nos daría una claridad de lo que queremos y
nos motivaríamos muy fácilmente a nosotros mismos. Solo si te estiras un poco.
Así que salir
de la comodidad es más fácil de lo que pensamos, si lo hacemos, el sufrimiento
se irá y en su lugar aparecerá la seguridad, la valoración propia, una vez
fuera tendrás un mundo lleno de opciones donde podrás escoger la que más se
adapte a lo que buscas. ¡Atrévete!
Para esto es
muy importe que planifiques y prepares estrategias basadas en tus valores y
nuevas creencias que te ayudarán a mantenerte perseverante. Los hábitos juegan
un papel muy importante para salir de la zona de comodidad y los hábitos son
acciones que se repiten de forma periódica en el tiempo hasta que se vuelven
automáticas.
Piensa: ¿En
cuál de las áreas de tu vida te encuentras en la zona cómoda? Por ejemplo,
pareja, familia, trabajo, dinero, desarrollo personal, profesión, hobby. Revisa
cualquier otra área que para ti sea de importancia.
Haz una
revisión lo más honesta posible de todas las áreas, tómate un tiempo y quizás
te encuentres con sorpresas no tan agradables que te darán otra visión y te
ayudarán a dar el paso que necesitas.
Algunas reglas
que te ayudarán a salir de dónde estás:
Tomar
conciencia de tu situación, es darte cuenta que es el momento de salir de ella.
Hacerte
responsable de tu vida y no tener miedo de cometer errores, éstos son fuente de
aprendizaje que nos obligan a hacerlo de forma diferente.
Enfocarte en
lo que quieres lograr y no en el miedo de hacer algo diferente, pasito a
pasito.
Regalarte la
posibilidad de vivir la vida que quieres y no vivir la vida que otros quieren
que vivas.
Comprometerte,
te dará empoderamiento.
Planificar las
estrategias y tomar nuevas rutas, y cambiar las veces que sean necesarias hasta
que consigas tu objetivo.
No estás solo,
busca gente, grupos aliados que te acompañen y que hayan logrado lo que tú
quieres.
Modela la
excelencia de los otros que han estado como tú. Mantente firme y no desistas.
Conectarte con
los porqués, que te harán salir de esa zona de comodidad.
Y si lo no lo
haces: ¿qué es lo peor que podría pasarte?
Y si sí lo
haces: ¿qué es lo mejor que podría pasarte?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario