El unicornio es una criatura mitológica
representada habitualmente como un caballo blanco, con patas de antílope, barba
de chivo, y un cuerno en su frente. En las representaciones modernas, sin
embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la existencia del
cuerno mencionado.
Se cuenta que los unicornios son
seres solitarios, que viven apartados y a los que el resto de los animales
respeta. Se dice también que no se dejan ver más que por los puros de corazón,
y que entre ellos, solo los más puros, los hechos de bondad y ternura, solo
esos pueden tocarlos.
Las leyendas cuentan también que
los Unicornios, tan hermosos, tan sabios, tan majestuosos, tenían un punto
débil (o no tanto, tal vez...) Siendo amantes de la belleza, a veces se dejaban
llevar y cambiaban su libertad por el cariño y los cuidados de alguna dama
hermosa, convirtiéndose casi en un animal doméstico que acudía a visitarla a la
misma hora a su jardín. Por eso son frecuentes las imágenes que les retratan
cerca de doncellas, dejándose cuidar por ellas.
Entre los numerosos hallazgos de
huesos prehistóricos en Einhornhohle (Cueva del unicornio) en las montañas
Harz, en Alemania, algunos fueron seleccionados y reconstruidos con la forma de
un unicornio por el alcalde de Magdeburg, Otto Von Guericke, en 1663. El
supuesto unicornio de Guericke tenía dos patas y estaba construido a partir de
huesos fósiles de un rinoceronte, un mamut y el cuerno de un narwhal. El
esqueleto fue examinado por Gottfried Leibniz, quien dudaba de la existencia de
los unicornios, pero luego se convenció al ver este hallazgo.
Opinion Cientifica
Una sugerencia es que el
unicornio está basado en la imagen de un animal extinto, el ‘Elamotherium’, un
enorme rinoceronte euroasiático que solía vivir en las estepas. Este animal no
se parecía en absoluto al caballo, pero tenía un gran cuerno que salía de su
frente.
Sin embargo, según el ‘Nordisk
familjebok’ (Libro familiar nórdico) y el escritor científico Willy Ley, el
animal pudo haber sobrevivido lo suficiente como para ser recordado por las
leyendas del pueblo Evenk en Rusia (como un gran toro negro con un cuerno en la
frente).
A favor de este argumento podría
decirse que Marco Polo afirmó haber visto un unicornio en uno de sus viajes en
el siglo XIII, pero según su descripción se puede deducir que lo que estaba
viendo en realidad era un rinoceronte.
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