viernes, 18 de septiembre de 2015

¿Se ha Preguntado?


Muchas veces usted se habrá preguntado: ¿Por qué algunas personas son felices y otras desgraciadas? ¿Por qué algunos logran el éxito en la vida y otros viven y mueren marginados?

Mire a su alrededor y verá personas que comenzaron como simples empleados y hoy están en la cima, y verá personas que nunca salieron de un mismo lugar; verá personas que se casaron y son felices, y verá personas cuyo casamiento se desintegró, sin quedar piedra sobre piedra. Continúe observando y verá personas que consiguieron curarse de enfermedades consideradas incurables, y personas que nada pudieron contra la enfermedad.
Tal vez usted forme parte de ese ejército incalculable de personas que sufren de insomnio y sólo concilian el sueño a la madrugada a fuerza de somníferos, cuando existen tantas otras personas que, basta que caigan en la cama, para que ya estén durmiendo en la dulce paz de un saludable sueño.
Usted ya se preguntó: ¿por qué existen personas alegres y despreocupadas, cuando millones de otras están deprimidas y atormentadas por neurosis y miedos?
Muchos ya dividieron el mundo en dos partes: las personas de suerte y las personas desdichadas.
¿Será que vivimos bajo el flujo y reflujo de lo imprevisible?
¿Será que tendremos que decir, como Shakespeare, que "hay más misterios en este mundo de los que nuestra vana filosofía puede imaginar"?
Ahora usted comienza a levantar el velo del misterio y de lo desconocido; ahora usted encontrará el camino de sus sueños.
No importa el estado actual en que usted se encuentra. No importa si usted es pobre o enfermo o fracasado. Usted puede, desde ahora, comenzar a abrir las manos para recibir todas las dádivas de la vida.
Sería injusto suponer que sólo una pequeña clase de privilegiados pudiese tener acceso a los arcanos de la suerte y de las buenas cosas de la vida, en tanto el resto tendría que contentares con las migajas.
Sería también ridículo admitir que las riquezas del Universo sean limitadas, de tal suerte que, si unos tuvieran bastante, otros tendrían poco.
Usted siempre deseó tener una vida repleta de felicidad, de amor, de paz, de salud, de bienestar económico. Si no lo consiguió, algo debe estar equivocado en usted.
Seguramente usted ya culpó a la falta de suerte, a la falta de oportunidades; culpó a sus padres, al gobierno, a la vida, al mundo, al diablo, a las brujerías, y a tantas otras causas más. Más, comience a pensar desde ahora: ¿será que la culpa está fuera de usted o dentro de usted?

Recuerde que todo lo que puede ser pensado es realizable. Todo lo que una persona puede desear, lo puede conseguir. Inclusive usted. Si los otros pudieron, usted también puede, porque las leyes del Universo, del cual usted forma parte, son justas, correctas, no discriminatorias e infalibles.
Aquellas personas que alcanzaron gran éxito en la vida, aquellas personas que realizaron maravillas, aquellas personas que obtuvieron verdaderos milagros, si hubieran usado la mente en forma errónea como usted la usó, no serían ahora más de lo que es usted.
Si usted toma un taxi y no le dice al chofer adonde desea ir, él no podrá llevarlo a lugar alguno, ¿no es cierto?
Los otros pudieron porque sabían lo que querían.
No importa si usted es culto o no, si es pobre o no, si es inteligente o no, si usted tiene dinero o no, si usted tiene saludo no.
Sea usted quien fuere, esté donde estuviere, existe dentro de usted una bomba atómica de fuerza irresistible. Cuando lo descubra conseguirá que su vida se modifique de manera increíble.
Si la vida se presenta a su pensamiento como algo agradable, llena de bellas sorpresas, usted dirá que la vida es buena. Si usted piensa que la vida, para ser buena, debe traerle cierto beneficio que usted no consiguió alcanzar, dirá que la vida es una frustración. Si usted sólo vislumbra, en la vida, a los otros subiendo y a usted descendiendo, afirmará que la vida es una injusticia cruel. Si usted despierta siempre dispuesto, saludable, confiado en su buena estrella, dirá que la vida es una irradiación de felicidad. Si usted vive un gran amor, dirá que la vida es amor. Si consigue llegar a donde desea, para usted la vida es un éxito permanente. La vida es una proyección de su mente. Más que eso: su vida es el resultado de sus pensamientos.
Ralph Waldo Emerson, pensador y escritor norteamericano, dijo que el hombre es aquello que piensa el día entero.
Todo pensamiento cargado de emoción, reforzado por el sentimiento, se transforma en realidad física.
James Hallen afirmó, con toda razón: “Todo cuanto el hombre consigue y todo cuanto deja de conseguir es resultado directo de sus propios pensamientos".
Hay una ley mental que es enunciada así: lo semejante atrae lo semejante, o, en otras palabras, lo igual atrae lo igual. Esto quiere decir que el pensamiento atrae la realidad de su contenido. A partir de esta verdad, usted se estará dando cuenta de que los pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamientos de éxito atraen el éxito, pensamientos de amor atraen el amor, pensamientos de celos atraen el contenido del celo, pensamientos de alegría atraen la alegría, pensamientos de tristeza atraen la tristeza, y así sucesivamente. El pensamiento es una realidad mental que atrae a la realidad física.
Sus pensamientos, por tanto, hacen su vida. Su vida es la materialización, o la expresión de sus pensamientos constantes. Y el futuro será la cosecha de los pensamientos sembrados hoy en la mente. Usted, pues, está determinando ahora lo que será más tarde. Todo efecto tiene su causa, como enseñaba el gran sabio Jesucristo: "Todo árbol bueno da buenos frutos, todo árbol malo da malos frutos". Es la Ley de la naturaleza que coincide con la Ley de la mente: cada uno recoge lo que siembra.
No existe el acaso, la mala suerte ni el azar; es la suma de sus pensamientos diarios la que lo lleva a tales resultados.
El mejor equipo nunca pierde el campeonato. Puede sufrir algún revés, que solamente contribuirá a perfeccionar más aun la técnica, pero nadie le arrebatará de las manos el ansiado resultado final.
Recuerde: pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamientos de miedo atraen el resultado correspondiente, pensamientos de envidia perjudican al envidioso. Es el poder de la mente que actuaba a la perfección. Los pensamientos positivos son la avalancha de pensamientos negativos. El resultado no podría ser diferente.
Existe un camino seguro por el cual usted puede llegar al paraíso perdido.
Existen en el interior de la criatura humana riquezas inmensas, más grandiosas que todas las riquezas del Universo. En el mundo insondable del subconsciente está la mina inagotable que contiene la satisfacción de todo lo que el hombre sueña y desea para sí.
El hombre es el rey de la creación, por tanto, fue hecho para tener completo dominio sobre la naturaleza, sobre los animales, sobre las aguas, sobre la Tierra, sobre las plantas.
Mucho se ha hablado, también, de que el hombre es imagen y semejanza de Dios y, consecuentemente, en su espíritu -que es parte del Espíritu Infinito, del cual procede- residen el poder infinito y la sabiduría infinita.

El Poder Infinito, que existe dentro de usted, no se explica; se usa. Úselo en su beneficio, en beneficio de los suyos y en beneficio de toda la humanidad. No interesa saber qué es el Poder Infinito, sino como usted puede usarlo.

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