Recuperar para nuestro uso
consciente el control que asumieron los sentimientos y los pensamientos,
requiere de voluntad, pero además y fundamentalmente de una conciencia
expandida, capaz de observar más de lo que es, y del reconocimiento de la
importancia que tienen nuestros sentimientos y nuestros pensamientos en la
manifestación de una vida maravillosa, al punto de nunca más dejarlos como
niños desatendidos hacer por su cuenta, siendo genios creativos.
La Conciencia
es el mayor tesoro que traemos a la vida, el tesoro que nos permite tener la
vida que queramos, sin la menor posibilidad de fallo, si sabemos cómo usarlo.
Podemos
continuar viendo la vida como creemos que es, basándonos en nuestras recreaciones
diarias, sin reconocer que lo que vemos, eso que llamamos realidad es lo que
podemos ver desde donde estamos mirando o podemos despertar y ejercer el poder
de interactuar con la creación, en el reino de las infinitas posibilidades,
aquí mismo y ahora mismo.
Para entender
un poco mejor este maravilloso reino de las infinitas posibilidades vamos a
imaginarlo como si fuera un enorme globo donde absolutamente todo existe, donde
todas las posibilidades ya están, y nosotros lo estuviéramos viendo a través de
un pequeño agujerito, desde donde sólo podemos ver un punto del globo.
No tenemos una
visión del todo, sin embargo, a ese punto le llamamos Realidad.
Imagina que el
agujero se ensancha y puedes ver otras posibilidades.
Ahora imagina
que el agujero se expandiera suficientemente para poder ver todo lo que hay
dentro del globo y ver todo lo que ES, y verte como realmente eres y entender
que tienes la libertad de elegir lo que desees, que ese eres realmente tú, un
ser absolutamente ilimitado viviendo en un maravilloso mundo, donde tu
consciencia, aquello que crees, se refleja ante ti materializándose obediente
siempre a tu observación.
Muy bien, es
hora de ponerse la gorra de pensador. Aquí vamos: si todo existe simultáneamente,
en este preciso instante, ¿puedes ver como las condiciones no existen como
propiedades reales del Universo? Si todos los posibles desenlaces existen,
¿Cómo puede haber una condición en contra de que ciertos desenlaces existan,
cuando en realidad ya existen?
Un feliz
bolsillo lleno de dinero
Veamos
entonces. Si nuestro entorno real es un inmenso campo cuántico donde todo
existe Aquí y Ahora, y no sólo tenemos libre acceso a ese campo como la
capacidad innata de materializar todo lo que seamos capaces de ingresar a
nuestra conciencia ¿qué sentido tiene creer, que todo lo que tenemos y lo que
somos capaces de tener, de hacer y de ser se encuentra limitado por alguna
barrera imaginaria, como nuestro entorno o las condiciones?
Todo cuanto
existe en el Universo físico está hecho de partículas subatómicas y esas
partículas pueden comportarse como ondas o como materia.
Por naturaleza,
estas partículas, cuando existen como puro potencial están en estado de onda,
cuando no son observadas.
Potencialmente
son «todo» y «nada», hasta que alguien las observa. Existen por todas partes y
en ningún lugar.
Por lo tanto,
todo lo que existe en nuestra realidad física existe como puro potencial.
Conviene aquí detenernos para aclarar que ese “puro potencial” es lo que
nosotros llamamos “nada”, comúnmente tendemos a pensar que donde no vemos nada
hay nada.
Si las
partículas subatómicas pueden existir de forma simultánea en una infinidad de
posibles lugares, somos entonces en potencia capaces de despertar en una
infinidad de posibles realidades en el campo cuántico.
Nuestra mente
moldea la energía de ese campo cuántico como si fuera arcilla.
Sin embargo,
los hábitos diarios de pensamiento y sentimientos “perpetúan” lo que llamamos
nuestra realidad, modelando siempre el mismo pedazo de arcilla como si fuera
todo lo que tenemos y todo lo que podemos tener o llorando por las creaciones
que no nos gustan, como si se nos hubieran dado sólo un poco de arcilla y la
hubiéramos desperdiciado, siendo que tenemos libre acceso a Todo lo que Es para
nuestro uso y para materializar toda la vida que queramos.
¡Podemos tener
la vida que queramos!, SABIENDO, (que no es creer, ni esperar, ni querer) que
los pensamientos, sentimientos y acciones que tenemos son quienes producen los
efectos que vemos, reconociendo y asumiendo nuestra innata capacidad de causar
los efectos que queramos en nuestra vida.
¿Somos capaces
de expandir nuestra conciencia, como para entender nuestra verdadera naturaleza
y nuestro entorno real y usar la vida como realmente es y funcionar como fuimos
creados?
Muchas personas insisten en afirmar que necesitan ver para creer, sin
embargo, innumerables estudios demuestran que vemos lo que creemos.
Quien ve en
realidad es nuestro cerebro, que toma información de aquello que realmente
creemos o sabemos (conciencia) y se la trasmite a los ojos.
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