Seas capaz de darte cuenta o no,
en toda experiencia, sin excepción, está presente el gusto. Cuando te sientes a
meditar, trata de advertir el trasfondo de gusto que sirve de contexto a la
experiencia.
Una forma de encarar la práctica
de la meditación podría ser, en una primera etapa, sentarse de un modo formal y
dedicar un tiempo a aquietarse y a mirar hacia dentro, a mirar la experiencia
presente con la finalidad de reconocer y realizar el gusto que la aviva.
A medida que el gusto vaya siendo
reconocido, o a lo menos intuido, en la meditación, préstale más atención,
trasladando el foco cada vez más al trasfondo de puro gusto, y menos al
contenido variable que conforma la experiencia.
Meditación tras meditación, ve
poniendo el foco de interés en eso, en el gusto, y ve valorándolo más. Así te
irás dando cuenta, cada vez de un modo más claro, de que eso es la constante de
toda experiencia: el gusto está siempre ahí.
Una vez que el gusto es
reconocido como trasfondo, de algún modo irá quedando un poso, una referencia a
la que regresar, una base sobre la que establecer tu identidad como meditador:
el gusto.
Así, en esta primera etapa,
cuando te sientes a meditar, busca aquello que está siempre ahí. Mira la
experiencia teniendo esta máxima presente: ¿Qué hay aquí que no cambia? ¿Qué es
eso que siempre está aquí? Y cuando lo encuentres y lo reconozcas, en una
segunda etapa de la meditación, te enfocas sobre ello hasta realizarte como
ello: como puro gusto.
El meditador va aprendiendo a
vivir desde el gusto. Puede que las circunstancias o las situaciones externas
no hayan cambiado demasiado: puede que siga sin trabajo, sin coche, sin casa o
sin pareja; puede que sigan sucediendo las mismas cosas. Pero cuando uno está a
gusto, cuando uno se reconoce a sí mismo como puro gusto, primero en la
meditación formal y poco a poco en cada una de las experiencias del día a día,
las cosas, las circunstancias o las situaciones afectan de un modo distinto,
van afectando menos, lo cual va reduciendo
el posible sufrimiento psicológico y dotando de una mayor paz y fluidez a la
vida cotidiana.
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