Canción
Primaveral
28
de marzo de 1919. (Granada.)
I
Salen
los niños alegres
de
la escuela,
poniendo
en el aire tibio
del
abril, canciones tiernas.
¡Qué
alegría tiene el hondo
silencio
de la calleja!
Un
silencio hecho pedazos
por
risas de plata nueva.
II
Voy
camino de la tarde
entre
flores de la huerta,
dejando
sobre el camino
el
agua de mi tristeza.
En
el monte solitario,
un
cementerio de aldea
parece
un campo sembrado
con
granos de calaveras.
Y
han florecido cipreses
como
gigantes cabezas
que
con órbitas vacías
y
verdosas cabelleras,
pensativos
y dolientes
el
horizonte contemplan.
¡Abril
divino, que vienes
cargado
de sol y esencias,
llena
con nidos de oro
las
floridas calaveras!
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