Los mitos son determinadas
historias que misteriosamente tienen la capacidad para contener y comunicarnos
el conocimiento que los seres humanos necesitamos para andar el camino
espiritual.
Los relatos míticos y las
imágenes nos ayudan a caminar por el sendero espiritual, a comprender los
conflictos internos y a descubrir la profundidad, riqueza y significado de la
Vida. Con frecuencia nuestro propio pensamiento occidental, lineal, racional y
limitado a los efectos, es el que nos impide ver el verdadero significado y la
solución de los interrogantes de la vida.
El mito es la herramienta para la
autoayuda original de la humanidad. Durante muchos siglos, los seres humanos
han utilizado los mitos, los cuentos de hadas y la sabiduría popular para
explicar los misterios de la vida, comprenderlos y obrar adecuadamente.
Los mitos han explicado desde el porqué
del cambio de las estaciones, pasando por las relaciones humanas, hasta el
enigma de la muerte. Jesús comunicó sus enseñanzas a través de parábolas para
explicar a sus seguidores problemas difíciles en forma fácil de comprender.
Platón transmitió conceptos filosóficos que eran difíciles de comprender por
medio de sencillos mitos y alegorías. En la medicina hindú antigua, cuando
alguien con dificultades mentales o emocionales consultaba con un médico, este
le prescribía una historia sobre la que meditar, ayudando de este modo a que el
paciente encontrase su propia solución al problema.
Cada mito lleva al navegante de
viaje a través de las etapas y encrucijadas más importantes de la vida humana,
a través de los conflictos y alegrías con los que todos nos encontramos. Pero
no debemos leer de forma exclusiva, identificándonos y centrándonos únicamente
con el héroe o protagonista del mito, pues todos los personajes que aparecen a
lo largo de estas fábulas se pueden encontrar en nuestro interior. Por esto se
hace evidente que necesitamos comprenderlos.
No nos hallamos solos con
nuestros sentimientos, temores, conflictos y aspiraciones. Entrando en el mundo
del mito aprendemos que todos los seres humanos, independientemente de la época
en la que pisamos esta bella Tierra,
pasamos por la misma molienda.
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