Para esta descripción recomiendo
estar abiertos mentalmente para poder recordar esta visión en vosotros, o
simplemente que cierres los ojos e intentes ir a un lugar de la naturaleza y
visualizar desde allí.
Elementales de la tierra
Los seres que más fácilmente se
pueden ver, son los elementales de la tierra, primeramente se ven como sombras,
a veces coloridas, pero casi siempre son rojos y tierras. Suelen mostrarse
pequeños, no más de un palmo de estatura, y en los lugares muy mágicos, pueden
llegar hasta los 2 metros de altura. Los elementales se encargan de enriquecer
el suelo y guardar los lugares. Suelen estar en el centro de los jardines,
señalando que ese es su lugar, y cuando alguien no ha cuidado su tierra, o sus
plantas se enfadan, y se puede incluso sentir su enfado.
Hablan tan
rápido que es inteligible lo que dicen, pero se entiende perfectamente porque
son pura intención. Los que ya son más sabios o tienen más años sí pueden
hablar largo y tendido, en muchas ocasiones imitan a otros hombres, diciendo
exactamente lo que escucharon en el pasado, imitando gestos y posturas
corporales. En la mayoría de los casos les encantan los hombres y el contacto
con los hombres, les imitan claramente, incluso a veces se muestran vestidos
con ropajes como los han visto, o con utensilios de trabajo, cosas innecesarias
para ellos. Pero en aquellos lugares donde el hombre se ha portado mal con el
entorno, se pueden transformar en seres emocionales molestos y fríos. Incluso
pueden verse con aspecto gris, imitando la materia del cemento y con un gesto
seco y triste.
Cuando estos
seres se muestran pequeños, como del tamaño de un pulgar, y saltan rápidamente
de un lugar a otro, son pequeños duendes que dan vida a las plantas desde el
humus, se encargan de colorear de vida el lugar, y suelen llamar a otros seres,
cuando es el cambio de estación. Por ejemplo, invocar a las hadas en primavera
o a los silfos en otoño.
Son risueños y
aunque pequeños muestran una pequeña lógica de comportamiento, a ellos les
gusta sentir el aire, pero también el calor y la humedad de la tierra,
escondidos bajo ella no son visibles, pero sí puedes sentir que palpita en
millones de chispitas el suelo cuando pones la mano sobre la tierra donde
habitan. Son más difíciles de ver pero la sensación de que están es mucho más
vivida y presente.
Cuando les
gusta una persona empiezan a rodearla y bailar a su alrededor, entonces se ve
la persona con todo el aura llena de chispitas de colores revoloteando a su alrededor.
La persona se siente embriagada por la alegría o por la necesidad de
movimiento, cuando es contagiada por la luz, de estos seres.
En cambio
cuando hay una persona gris u oscura, se esconden en el subsuelo y no vuelven a
salir, hasta que la persona se ha ido. Intentan llamar a todos los seres que
ellos pueden, para limpiar la negatividad que esa persona ha podido dejar en el
lugar. Si la persona ha pisado muchas flores o plantas, se sienten aplastados
por ella, y su salto no es tan brillante y volátil como al principio.
Cuando entramos
en un prado o salimos de él, es importante pedirles permiso y perdón a los
seres que cuidan el lugar y alimentan la tierra, pues a veces se pueden sentir
muy heridos con nuestro comportamiento en la Naturaleza.
Guardianes
Tras esto es fácil ver y sentir a
los guardianes. En algunos lugares son tan vistosos y enormes que pueden
parecer sentados sobre la cima de una montaña o de grandes estaturas y tamaños.
Pero también los hay más pequeños, como de hasta centímetros en caso de
pequeños jardines.
Se les puede
sentir o presentir como sombras que cruzan rápidamente el bosque, nos rodean o
nos vigilan cuando aparecemos en su lugar, y cuando nos reconocen y nos
aceptan, entonces se quedan quietos, permitiendo que estemos allí.
Se pueden
mostrar femeninos y masculinos y pueden incluso tomar forma humana o semihumana
y hablar con las personas. Son sabios y elegantes y su sabiduría es de miles de
millones de años, lo que les permite conocer perfectamente el lugar, a los
hombres, el comportamiento humano y la trascendencia de cualquier momento.
Pueden ser
ángeles y seres de luz increíbles cuando han alcanzado un nivel interior alto,
pero también pueden ser simplemente astrales con mucha fuerza e individualidad.
En los lugares santos estos guardianes casi siempre son ángeles alados
preciosos, incluso algunos se muestran como vírgenes que han podido ser vistas
o sentidas en varias ocasiones.
Se muestran
como desean por lo que no hay una forma clara, pero antes de entrar en un
bosque o una montaña o un lago, es importante pedir permiso a los guardianes de
ese lugar.
Si nos
interiorizamos al hacer esta petición, podemos verles y escucharles, nos pueden
mostrar los lugares más especiales e incluso nos pueden invitar a entrar para
sanarnos y limpiarnos.
Silfos y sílfides
Los más fáciles de ver son los
silfos bajos, crean las brumas y las neblinas. Se muestran como formas humanas
muy estilizadas, con brazos y piernas acabados en forma de nube, algunas veces
completos. Casi siempre muy delgados.
Los silfos de
las tormentas se muestran antes de actuar, y señalan cuánto y con qué fuerza
será la tormenta. Les gusta crear tormentas y lluvias que limpien el lugar. Son
serios en su trabajo y muy pocas personas pueden “negociar” con ellos para
evitar que estas lluvias se produzcan, pero por supuesto que es posible esta
negociación, tras la cual se ven cómo se dispersan las nubes o se aleja el
temporal.
Buscan el
entendimiento del hombre y su implicación en la vida del planeta, y mientras
este entendimiento y esta conciencia no se produzca, no les importa que grandes
temporales destruyan lugares habitados por el hombre, pues ellos realizan su
trabajo, no para las personas, sino para la Tierra. Y su trabajo es limpiar,
sanar, remover…etc.
Cuando va a haber
grandes temporales se muestran grandes, en el alto cielo, quietos, esperando el
momento adecuado que casi siempre coincidirá con la partida de una persona con
mucha luz de ese lugar. Alguien que inconscientemente haya ayudado a la
limpieza etérica de la zona. Tras esto se sincronizan y pueden provocar lluvias
que duren meses incluso.
Las sílfides
son mucho más difíciles de ver. Son hermosas y mucho más sutiles y alegres.
Crean los vientos alisios y las suaves brisas y aparecen en primavera,
acariciando con sus alas las flores de los campos o las hojas de las copas de
los árboles.
Se las puede
ver como un resplandor, a veces muy pequeñas, otras, enormes formas femeninas
de transparencia etérica.
Los elementales del fuego
Muchas veces se presentan como formaciones
rocosas movibles, pues quieren imitar las rocas que la lava arrastra tras su
paso, pero su forma más original es como dragones etéricos de fuego, o grandes
seres semihumanoides grises, naranjas o rojos que salen de las profundidades de
la tierra a rescatar el calor en la superficie.
Cuando
aparecen, traen tras de sí vientos cálidos, provocados por grietas en el suelo,
geiseres o calores que surgen del subsuelo formando aguas termales. A veces
incluso se sonríen orgullosos al mostrar que el volcán está a punto de
erupcionar pues ellos saben que los cambios que pueden provocar son grandes e
inmediatos.
Les gusta
actuar conjunto a los silfos quienes conducen y son respetados por todos los
demás elementales de la naturaleza.
Hadas
Entre los maravillosos seres de
la tierra se encuentran unos sutiles seres astrales que se vinculan con las
flores, el rocío o el hielo.
Son seres de
todos los tamaños y casi siempre se muestran como jóvenes femeninas, a veces
incluso aladas, aunque sus vuelos casi nunca son muy altos.
Son protectoras
de lugares delicados y bellos, se encargan de colorear y fabricar las flores,
acompañan las gotas del rocío en la mañana, e invocan a otros elementales para
alimentar sus creaciones.
Son fáciles de
ver, como frágiles luces de colores revoloteando entre las flores, o los
árboles en flor. En raras ocasiones se las ve de tamaño humano, como guardianes
de campos enteros de flores o lugares extensos. Algunas veces en arbustos o
conjuntos florales más pequeños, pero como un gran ser o una gran hada, formada
por miles de miles de haditas pequeñas que en conjunto tienen individualidad.
Las hadas, al
ser astrales, son sutiles y pueden incluso parecer que tienen olor, tienen algo
de inteligencia y les gusta bailar, jugar… normalmente no entran en procesos
mentales, simplemente ríen y disfrutan de sus juegos y sus creaciones, pero
cuando ya se muestran grandes y completamente formadas, pueden estar a un paso
de trascender a un nivel de evolución mayor convirtiéndose en grandes
guardianes o incluso en seres de luz.
Se las puede
escuchar como coros de risas o sentir como alegría con olor a flores frescas.
Ondinas
Las ondinas más fáciles de ver,
son las de ríos y riachuelos, las de lagos o mares son más difíciles de
contemplar, pues se alejan de los lugares contaminados y los hombres.
A veces se
acercan a saludar a algunas personas que van al río, acompañan a la persona en
su visita y entonces son fácilmente visibles, no como sirenas sino como largas
formas etéricas muy transparentes y luminosas, semejantes al agua, que parecen
sonreír y saludarnos entre las ondulaciones del agua.
Les gusta
bañarse en las cascadas, o dormir en las pozas y charcas. Las hay de todos los
tamaños y formas, pero casi siempre son alargadas y sutiles y toman cuerpo semiacuático.
En cada río hay
un guardián o una guardiana, suele mostrarse en la parte más alta del río o en
su nacimiento y desde ahí controla y siente todo lo que ocurre en su río. Se le
puede ver con facilidad, casi siempre quieto y observante, pero se desplaza
cuando hay algún accidente como la muerte de una persona, el nacimiento de un
ser, o la llegada de alguien especial a su territorio. Si no son casos
especiales, es necesario mirar a lo más alto del río para sentir su presencia y
su mirada protectora.
En los grandes
océanos acompañan a los barcos, los delfines, las ballenas, se enredan entre
los corales y las algas. Disfrutan de los fondos marinos y las fosas
volcánicas. Pueden alcanzar tamaños inmensos, y a veces se muestran con formas
bellísimas como sirenas preciosas.
Realmente
cantan, igual que las ondinas de los ríos, pero es un sonido vibrante e
interno, que permite alcanzar estados de conciencia alterados y perdernos en
las mareas de las aguas.
Otros seres de la Naturaleza
Existen multitud de seres de la
naturaleza pero los descritos son los más fáciles de ver y sentir.
Entre los
bosques y sierras más mágicas podemos volver a ver unicornios mágicos, que nos
bendicen con su presencia y su energía, mariposas de luz, damas florales, seres
de tierra o árboles con vida.
Una vez se ha
realizado una apertura de visión a los primeros elementales descritos, es fácil
continuar viendo y sintiendo estos seres, y mucho más el poder trabajar con
ellos o aprender a pedirles ayuda cuando lo necesitamos.
Junto a ellos
siempre podemos ver ángeles o seres de luz que acompañan en el trabajo a los
elementales mientras juegan y disfrutan.
Los ángeles,
también devas de la naturaleza, se muestran de diferentes formas, tamaños y
jerarquías, pero lo común es verlos como esferas de luz, casi siempre doradas o
blancas, muy hermosas.
Muy buena publicación. GRACIAS. Realmente precioso! Me imaginé todos los seres elmentales,estar entre ellos y alegrarme!
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