sábado, 2 de abril de 2016

La Planta de Coca


La Planta de Coca
Coca (Planta), (Erythroxylum coca). Es un arbusto de la familia de las Eritroxiláceas originaria de las escarpadas estribaciones de los Andes amazónicos, propia de América del Sur, con nutrientes medicinales y alimenticios. Sus cuatro variedades más notables son "Lambram", "Mollecoca", "Fusiforme", "ovoide" con hojas alternas, aovadas, enteras de estípulas axilares y de flores blanquecinas.


Clasificación científica
La coca, voz quechua, pertenece a la familia Erythroxylaceae; la especie cuyas hojas se usan como estimulante es Erythroxylum coca.

Planta de coca
Planta de coca es el arbusto que alcanza la altura de 1,5 hasta 3 metros, tiene características botánicas específicas y muy constantes. El arbusto de coca es planta vivaz. Crece en América del Sur: en todo el territorio de Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile y Colombia.

Las hojas tienen líneas aeroladas longitudinales muy claras que se curvan hacia la vena central y que son simples engrosaduras de las células de la epidermis resultante de la manera de enrollarse que tiene la hoja. En la base del pecíolo tiene unas estipulas ovaladas intrapeciorales características. Las flores de un blanco cremoso miden más o menos un centímetro y tiene cinco sépalos y cinco pétalos. Cuando el fruto madura, dos de los óvulos abortan, y los lóculos son destruidos. El fruto es una drupa roja, ovalada con una sola semilla.

Cultivo
El arbusto de Coca se cultiva en las praderas de montañas o en terrazas de altiplanos, en clima tropical y subtropical. Puede crecer en ambiente desfavorable para otras plantas. Condiciones óptimas para el crecimiento de arbustos de coca se relacionan con suelos de humus y arcilla, ricos en hierro y ubicados en los valles rodeados de montañas, donde constantemente se mantiene alto nivel de humedad y llueve con frecuencia. Normalmente la planta vive hasta 30 o 40 años y en condiciones ideales puede llegar a la edad de 100 años.

La planta de este género se cultiva en las laderas de montañas o terrazas de mesetas que tienen un clima tropical o semitropical. La planta crece bajo condiciones que no se prestan para otra clase de cultivo. Las mejores condiciones para el desarrollo de la planta de la coca son tierras con mantillo de arcilla, ricas en humus y hierro, situadas en valles de meseta protegidas, donde se mantiene una humedad constante y lluvia persistente. El arbusto de Coca normalmente vive y produce durante 30 a 40 años; bajo condiciones ideales, podría sobrevivir hasta 100 años.

Recolección y aprovechamiento
La recolección de las hojas de Coca se realiza 3 a 4 veces por año. La hoja de coca contiene un promedio de 0.5 a 1.5% de alcaloides, aunque hay varios factores que influyen en el contenido de éstos, como las condiciones atmosféricas, la edad y condición de la planta, la calidad de la tierra, los abonos que usan, la época del cultivo, la cosecha, etc.

El proceso de secado de las hojas de Coca, es muy importante y toma aproximadamente de 2 a 3 días al sol. Durante este proceso, las hojas tienen que darse vueltas para un secado parejo. En el proceso de secado la hoja pierde más del 75% de su peso original. Una vez que las hojas están secas, se prensan y se embalan en paquetes de una arroba (11.5 Kg) para su comercialización.

Historia
Los habitantes andinos conocían esta planta y sus efectos desde épocas muy anteriores a la aparición del Imperio inca. Los colonizadores europeos le dieron diferentes denominaciones, mientras los nativos la conocían como hoja sagrada por su expresa utilización entre los miembros de la casta superior de los nobles. Al parecer, el uso de esta hoja estaba restringido entre el resto de la población, por lo que también tenía la categoría de presente real para recompensar servicios.

Algunos opinan que las facultades provocadas por la hoja de coca se consideraban como un hecho sobrenatural y por ello estaba presente en actos funerarios, entre otros. La utilización de hoja de coca está arraigada en la cultura peruana y boliviana. Sin embargo, el uso sacerdotal que se le dio en el Incario fue para promover estados alterados por ayuno (fastening).

La eficacia de la hoja de coca como estimulante fue reconocida por los españoles desde el mismo momento en que llegan a Sudamérica (siglo XVI) y luego sus efectos fueron descritos con lujo de detalles por los grandes viajeros foráneos del siglo XIX. Uno de ellos, el erudito historiador británico Clements R. Markham (1830-1916), recomendó el uso de la coca a todos los turistas y extendió esta recomendación a los miembros de los clubes de alpinismo de Europa. La cortesía de los establecimientos turísticos de la sierra peruana al ofrecerles una taza de infusión de coca a los visitantes de las serranías del Perú no es, desde luego, una "mala costumbre" indígena, sino una amable bienvenida moderna recomendada muy efusivamente por Alexander von Humboldt, D´Orbigny, Von Tschudi, Markham, Mantegazza, De Castelnau, Herndon, Gibbon, Squire, Marcoy y otros. El trueque del acto de chacchar la coca por el más refinado consumo de la infusión es una adaptación costumbrista cuya real efectividad es puesta en duda por muchos.

Rodeada por el ceremonial, formalidades controles ejercidos por la comunidad, raramente es objeto de abuso o descontrol que pueda causar daño a la salud. En las relaciones sociales de la cultura andina, la coca es un obsequio que significa amistad y generosidad. El acto de compartir la coca y consumirla conjuntamente con otros es un hecho muy importante que sella relaciones de confraternidad y confianza entre los participantes. Además, en la medicina tradicional no existe otro remedio con tantos y tan vastos usos cuya efectividad ha sido comprobada. En todos estos sentidos, además de su efecto bioquímico, la coca es uno de los componentes más destacados de la psicoterapia popular nativa, lo que la hace un indispensable elemento de apoyo para la seguridad emocional del hombre andino.

Usos de la hoja de coca
El uso de la hoja de coca ha sido tradicional entre muchos de los indígenas de Colombia desde tiempos inmemoriales, especialmente entre los de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ahí se puede distinguir entre la manera de hacerse en comunión con la planta entre las culturas de montaña y las culturas de las selvas amazónicas. Las primeras, prefieren mascar la hoja tostada, e irle mezclando cal, algunos elaborándola de conchas marinas, y otros con cal de piedra. Los primeros, la conservan en un pequeño calabazo llamado "poporo". En el amazonas, las culturas que tienen relación con la planta de coca, la tuestan y pulverizan, mezclándola con ceniza de plantas amazónicas; el resultado es un polvo verde que se llama "mambe". Entre los indígenas colombianos a pesar que la relación con la coca es cotidiana, está revestida de religiosidad, y se considera a la planta como muy sagrada, rodeada de respeto y admiración. No entienden ellos que se le persiga en sus territorios, ya que no fue por su cultura ni sus costumbres el que en ciertos contextos se vea envuelta en varios conflictos.

Es utilizada por las culturas indígenas como las naciones chibchas, aymara y quechua, como analgésico en intervenciones médicas. Aunque es mejor conocida en el mundo entero debido a que sus alcaloides, entre los cuales se encuentra la cocaína, que es un fuerte estimulante.

El uso de hojas de coca es una tradición milenaria en toda la Región Andina. La coca desde los tiempos remotos fue planta mítica y sagrada, se usaba en rituales desde hace más de 40 siglos. Hasta tiempos modernos sigue siendo un componente indispensable al efectuarse cultos sagrados.

Medicina tradicional confirma amplias posibilidades de utilización de hojas de coca para el consumo humano: es una excelente medicina para el sistema digestivo, quita el síndrome de altura (vértigo, vómito), combate agotamiento físico, cólicos, dolor de muelas, dolores reumáticos, en forma de emplastes cura heridas y tiene acción antiséptica, además combate los trastornos estomacales, abdominales y la diarrea. Es una planta medicinal de gran importancia, su valor curativo es más apreciable si tomamos en cuenta que la mayoría de preparados medicinales contra enfermedades mencionadas son tóxicos para el organismo humano.

En combinación con otras plantas medicinales coca se utiliza para curar gran cantidad de enfermedades, desde el dolor de cabeza hasta el reumatismo. Con excelentes resultados se usa para hacer gárgaras, aliviar el dolor de garganta y ronquera. En forma de emplastes sirve como analgésico, cicatrizante y antiséptico en casos de heridas o quemaduras. Es antiespasmódico, combate la fatiga y sirve como estimulante de las funciones del cerebro, el sistema nervioso y los problemas cardiacos.

Es un alimento fortificante, y sirve como anestésico local de acción vasoconstrictora y por penetrar en las membranas mucosas, es sumamente útil para curar males de otorrinolaringología y oftalmología. Se usa como desinflamante.

Cocaína
La Cocaína es un alcaloide que se obtiene de las hojas de la planta de coca. En el ámbito sanitario, la cocaína se puede utilizar en cirugía menor como anestésico local. Sin embargo, en la actualidad, su uso está muy restringido y en su lugar se emplean anestésicos locales con un menor potencial adictivo. Su consumo como droga ilegal está muy extendido.

La hoja de coca como planta natural y su mal uso, como el narcotráfico
La Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, aprobada por la Conferencia en su sexta sesión plenaria celebrada el 19 de diciembre de 1988, en Viena-Austria, en el inciso 2, de su artículo 14 señala que "las medidas que se adoptan (para evitar el cultivo ilícito de las plantas que contengan estupefacientes o sustancias psicotrópicas) deberán respetar los derechos humanos fundamentales y tendrán debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista evidencia histórica, así como la protección del Medio ambiente".

Se debe diferenciar entre la actividad ilícita y la producción y cultivo con fines sociales, económicos, culturales a fin de conservar el valor místico-religioso de los pueblos andinos.

La hoja de coca fue la hoja sagrada de los Incas que acompañó a los organizadores del Tahuantinsuyo y constructores de Macchupichu está arraigada en el cotidiano existir del hombre andino con profundo significado ritual y social.

En los convenios internacionales, se sostiene como estupefaciente a la hoja de coca, siendo atentatorio al consumo tradicional con evidencia histórica, cuyo interés es desaparecer y erradicar el cultivo lícito de la coca.

La coca ha sido considerada como estupefaciente, sin tener los suficientes elementos de investigación académica y científica con la finalidad de satanizar la planta preciada, contradiciendo lo sostenido por la medicina regional.

El coqueo andino de ninguna manera debe equipararse a la toxicomanía, ésta es una leyenda negra que apunta a la condena de la coca, le niega el carácter medicinal y alimenticio; la medicina naturista y experimental observó y confirmó sus cualidades.

A fines del siglo XVIII, Hipólito Unanue la consideró "architónico del reino vegetal" y a mediados del siglo XIX Paolo Mantegazza, en un ensayo premiado que despertara el interés del europeo, se refirió a ella como "alimento nervioso". En consecuencia, no se puede olvidar el prestigio medicinal anterior a la estigmatización psiquiátrica.

La Ley de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, Decreto Ley Nº 22095, en sus considerandos manifiesta que la masticación de la coca constituye un grave problema social que es necesario superar, lo cual constituye una burda maniobra para excluir el criterio médico de la coca.

Dentro del contexto internacional a partir de 1961 la hoja de coca ingresa en la lista No 01 de estupefacientes de la Organización Mundial de Salud.

La coca no es cocaína, no son sinónimos y que por esa confusión desgraciadamente ha sido incluido en la Convención de las Naciones Unidas de 1961, se pretende condenar a la desaparición, a esta planta que contiene muchas virtudes medicinales y nutricionales y otros valores que pueden y deben ser de gran provecho para la humanidad.

La coca, producto que representa una de las riquezas ancestral que la naturaleza ha dado, es de gran utilidad para la elaboración de diferentes medicamentos y también para la anestesia que se requiere en forma indispensable para las intervenciones quirúrgicas, aparte de muchos otros beneficios para el género humano, motivo por el cual debiera industrializarse y comercializarse a nivel mundial, toda vez que produce hasta tres cosechas al año y no requiere mayor intervención de la mano del hombre para su cultivo y reproducción.

Uso tradicional de la hoja de coca
Desde tiempos inmemoriales, el cultivo de la hoja de coca ha formado parte de la tradición y costumbre del campesino andino. La coca es utilizada en la masticación, como estimulante, aplicación medicinal y en rituales religiosos. Se estima que estos usos datan desde aproximadamente 6,500 años, antes de la llegada de los conquistadores españoles.

El uso tradicional de la hoja de coca, comprende múltiples dimensiones del acontecer social, jugando una función central en toda ceremonia colectiva de trascendencia: bautizos, defunciones, celebraciones, etc. Es precisamente el carácter sagrado atribuido a la planta lo que la ha tornado en objeto de reverencia y culto otorgándole a la vez un profundo significado.

Dado su carácter sagrado, la hoja de coca actuaba como símbolo de prestigio y ha sido objeto de intercambio recíproco; regalo preciado y medio general de trueque. Es por ello que, en el contexto indígena, la coca era y es aún la primera mercancía de mayor liquidez y circulación, ya que es uno de los productos susceptibles de ser intercambiado por casi la totalidad de bienes que circulan en la economía campesina de los andes.

Asimismo, la coca siempre ha formado parte integral del proceso productivo en el trabajo de campo, la construcción de infraestructuras, el pastoreo, el transporte y el almacenaje de semillas. Se mastica en los momentos previos al trabajo, durante el reposo y al término de la tarea. Esta práctica asume aún mayor significado y simbolismo cuando se trata de faenas comunales.


Se puede afirmar que muchos de estos usos tradicionales están aún presentes en las poblaciones campesinas alto andinas, originarias de los Andes que han emigrado hacia los principales centros poblados y zonas urbano-marginales. En la actualidad, estas poblaciones usan la hoja de coca para la masticación en los trabajos y faenas que realizan, siendo esta la modalidad de uso más difundida, mitigando el hambre, la sed y el cansancio.

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