sábado, 2 de abril de 2016

La Llave Sanadora


La Llave Sanadora

Hoʻoponopono es un antiguo método de sanación hawaiana basada en la reconciliación y el perdón.

Se define en el diccionario hawaiano como “higiene mental: conferencias familiares en donde las relaciones se corrigen a través de la oración, confesión, arrepentimiento, compensación mutua, el perdón y el agradecimiento”.
 

La técnica de Ho’oponopono nos permite sanar nuestra mente. Si vemos situaciones desagradables a nuestro alrededor, estarían reflejando áreas de nuestra propia mente que necesitan sanación.

Hemos aceptado la creencia en que hay personas y situaciones con las que no estamos unidos y que están fuera de nuestro control. Sólo nos queda intentar cambiarlas o negociar con ellas o adaptarnos.

En cambio, esta técnica, Ho’oponopono, propone que somos 100% responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Entonces, cada vez que algo desagradable pase a formar parte de nuestras vidas, cualquier suceso o encuentro que nos resulte molesto en cualquier forma, podemos sanar la parte de nuestra mente que lo creó o que lo convocó.

Un terapeuta en Hawaii curó un pabellón completo de pacientes criminales con serias patologías sin siquiera ver a ninguno de ellos. El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de sí mismo para ver cómo él (el psicólogo) había creado la enfermedad de esa persona. En la medida en que él mejoraba, el paciente mejoraba también.

¿Cómo podía una persona curar a otro tratando de curarse a sí mismo? Y, ¿cómo podía, aunque fuera un verdadero maestro con un gran poder de autocuración, sanar a criminales insanos?

El terapeuta había usado Ho´oponopono.
Solemos entender que “total responsabilidad” significa que soy el responsable de lo que pienso y hago, pero no soy responsable de lo que hacen los otros. Y que lo que esté más allá, está fuera de mis manos. Pero la realidad no es así.

El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, nos enseña una nueva perspectiva acerca de lo que es la total responsabilidad.

El Dr. Len había trabajado en el Hospital Estatal de Hawái durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era peligroso. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal se enfermaban al poco tiempo o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba el pabellón caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por los pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.

El Dr. Len nunca vio a los pacientes. Acordó tener una oficina y estudiar los legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre sí mismo. Y mientras lo hacía, los pacientes mejoraban.

“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer encadenados se les podía permitir que caminaran libremente” dijo el Dr. Len. “A otros, a quienes tenían que mantener permanentemente medicados, se les podía reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta”. “No solamente eso”, continuó, “sino que el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”

¿Qué es lo que estuvo haciendo el Dr. Len consigo mismo que provocó el cambio en esas personas?

“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado sus enfermedades”, dijo él.

Ho’oponopono
El Dr. Len explicó que la total responsabilidad se extiende a todo lo que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es tu responsabilidad en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.

Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma, es tu responsabilidad.

Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de tu país, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, están allí para que tú las sanes. No existen, sino que son proyecciones que salen de tu interior. El problema no está ahí afuera, está en ti, y para resolverlo, tú debes cambiar, debes sanar.

Echarle a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad.

Esta sanación tan particular, el Ho’oponopono, significa amarse plenamente a uno mismo.

Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a ti mismo.

Al Dr. Len: “¿Cómo se curaba a sí mismo, ¿qué era lo que hacía exactamente cuando miraba los legajos de los pacientes?”

“Simplemente decir “Lo siento” y “Te amo“, una y otra vez”, explicó él: “Lo siento… Te amo”
“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo. Y mientras te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo.”

¿Cómo utilizar la técnica de Ho’oponopono?
Cada vez que sucede algo que nos desagrada, o que alguien tiene una actitud que no nos gusta, en vez de tratar de cambiar las cosas “allí afuera” podemos pedir, como en una oración, que “por favor sea sanada la parte de mi mente que creó este problema (o el conflicto o la actitud de la otra persona)”. Podemos decir mentalmente y dirigiéndonos a la Divinidad:

Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias.
La técnica debe aplicarse con una actitud de serena alegría, no con culpa y remordimientos.

Y, por último, pero tal vez lo más importante, debemos haber comenzado a intuir a través de la experiencia, que en realidad somos nosotros los que creamos o atraemos los problemas. Si seguimos pensando que somos “las víctimas” de los demás o de las circunstancias externas, nada puede cambiar, aunque practiquemos Ho’oponopono.


El Ho´oponopono es una técnica que también ayuda a sanar el karma de nuestro pasado.

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