La Llave Sanadora
Hoʻoponopono
es un antiguo método
de sanación hawaiana
basada en la reconciliación
y el perdón.
Se define en el diccionario hawaiano como “higiene mental: conferencias familiares en
donde las relaciones se corrigen a través de la oración, confesión,
arrepentimiento, compensación mutua, el perdón y el agradecimiento”.
La técnica de Ho’oponopono nos permite sanar nuestra mente.
Si vemos situaciones desagradables a nuestro alrededor, estarían reflejando
áreas de nuestra propia mente que necesitan sanación.
Hemos aceptado la creencia en que hay personas y situaciones
con las que no estamos unidos y que están fuera de nuestro control. Sólo nos
queda intentar cambiarlas o negociar con ellas o adaptarnos.
En cambio, esta técnica, Ho’oponopono, propone que somos
100% responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Entonces, cada vez
que algo desagradable pase a formar parte de nuestras vidas, cualquier suceso o
encuentro que nos resulte molesto en cualquier forma, podemos sanar la parte de
nuestra mente que lo creó o que lo convocó.
Un terapeuta en Hawaii curó un pabellón completo de pacientes
criminales con serias patologías sin siquiera ver a ninguno de ellos. El
psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de sí mismo para
ver cómo él (el psicólogo) había creado la enfermedad de esa persona. En la
medida en que él mejoraba, el paciente mejoraba también.
¿Cómo podía una persona curar a otro tratando de curarse a sí
mismo? Y, ¿cómo podía, aunque fuera un verdadero maestro con un gran poder de
autocuración, sanar a criminales insanos?
El terapeuta había usado Ho´oponopono.
Solemos entender que “total responsabilidad” significa que
soy el responsable de lo que pienso y hago, pero no soy responsable de lo que
hacen los otros. Y que lo que esté más allá, está fuera de mis manos. Pero la
realidad no es así.
El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente
enfermas, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, nos enseña una nueva perspectiva acerca de
lo que es la total responsabilidad.
El Dr. Len había trabajado en el Hospital Estatal de Hawái
durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era
peligroso. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar
allí. La mayor parte de los miembros del personal se enfermaban al poco tiempo
o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba el pabellón caminaba con sus
espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por los pacientes. No era
un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.
El Dr. Len nunca vio a los pacientes. Acordó tener una
oficina y estudiar los legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre sí
mismo. Y mientras lo hacía, los pacientes mejoraban.
“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer
encadenados se les podía permitir que caminaran libremente” dijo el Dr. Len. “A
otros, a quienes tenían que mantener permanentemente medicados, se les podía
reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de
ser liberados, fueron dados de alta”. “No solamente eso”, continuó, “sino que
el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”
¿Qué es lo que estuvo haciendo el Dr. Len consigo mismo que
provocó el cambio en esas personas?
“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado
sus enfermedades”, dijo él.
Ho’oponopono
El Dr. Len explicó que la total responsabilidad se extiende
a todo lo que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es
tu responsabilidad en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.
Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces
todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma,
es tu responsabilidad.
Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de
tu país, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, están
allí para que tú las sanes. No existen, sino que son proyecciones que salen de
tu interior. El problema no está ahí afuera, está en ti, y para resolverlo, tú
debes cambiar, debes sanar.
Echarle a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la
total responsabilidad.
Esta sanación tan particular, el Ho’oponopono, significa
amarse plenamente a uno mismo.
Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas
curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a
ti mismo.
Al Dr. Len: “¿Cómo se curaba a sí mismo, ¿qué era lo que
hacía exactamente cuando miraba los legajos de los pacientes?”
“Simplemente decir “Lo siento” y “Te amo“, una y otra vez”,
explicó él: “Lo siento… Te amo”
“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de
mejorarte a ti mismo. Y mientras te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo.”
¿Cómo utilizar la
técnica de Ho’oponopono?
Cada vez que sucede algo que nos desagrada, o que alguien
tiene una actitud que no nos gusta, en vez de tratar de cambiar las cosas “allí
afuera” podemos pedir, como en una oración, que “por favor sea sanada la parte
de mi mente que creó este problema (o el conflicto o la actitud de la otra
persona)”. Podemos decir mentalmente y dirigiéndonos a la Divinidad:
Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias.
La técnica debe aplicarse con una actitud de serena alegría,
no con culpa y remordimientos.
Y, por último, pero tal vez lo más importante, debemos haber
comenzado a intuir a través de la experiencia, que en realidad somos nosotros
los que creamos o atraemos los problemas. Si seguimos pensando que somos “las
víctimas” de los demás o de las circunstancias externas, nada puede cambiar,
aunque practiquemos Ho’oponopono.
El Ho´oponopono es una técnica que también ayuda a sanar el
karma de nuestro pasado.
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