domingo, 14 de febrero de 2016

No pierdas la perspectiva


No pierdas la perspectiva
Según cuenta una vieja historia, cierto día, un hombre gravemente enfermo fue llevado en silla de ruedas a una habitación de hospital donde otro paciente ocupaba la cama que había junto a la ventana. Al poco tiempo, los dos ya se habían hecho amigos y el que estaba al lado de la ventana miraba por ella y se pasaba las horas deleitando a su compañero postrado en la cama con vívidas descripciones del mundo exterior.
Algunos días describía la belleza de los árboles del parque que había frente al hospital y la danza de las hojas en el viento. Otros días, entretenía a su amigo con minuciosas narraciones de lo que la gente que pasaba junto al hospital hacía. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, el hombre postrado en la cama empezó a sentirse frustrado porque no podía ver por sí mismo las maravillas que su amigo describía. Su antipatía continuó creciendo y acabó por odiarlo intensamente.
Una noche, durante un ataque de tos particularmente severo, el paciente de la cama junto a la ventana dejó de respirar. En vez de apretar el interruptor para pedir ayuda, el otro hombre eligió no intervenir. A la mañana siguiente, el paciente que le había proporcionado a su amigo tanta felicidad compartiendo con él lo que veía a través de la ventana fue declarado muerto y retirado de la habitación. Sin pérdida de tiempo, el otro hombre pidió que colocaran su cama al lado de la ventana, una petición que fue atendida por la enfermera de servicio. Pero cuando al fin se asomó, descubrió algo que le hizo estremecerse: la ventana daba a una desnuda pared de ladrillos. Su antiguo compañero de habitación había sacado las increíbles vistas que le describía de su imaginación como gesto de amor para hacer el mundo de su amigo un poco mejor en aquel momento difícil. Había actuado desinteresadamente, por amor.
Esta historia invariablemente ayuda a cambiar la perspectiva de las cosas. Para disfrutar de una vida más feliz y sentirnos realizados cuando nos hallemos en circunstancias difíciles, debemos estar dispuestos a cambiar nuestra perspectiva y preguntarnos continuamente: «¿Hay un modo más sabio e ilustrado de ver esta situación aparentemente negativa?». Se atribuye a Stephen Hawking, uno de los físicos más grandes de la historia, haber dicho que vivimos en un planeta menor de un sistema solar bastante corriente situado en los confines de una entre diez mil millones de galaxias. ¿Qué tal eso para cambiar nuestra perspectiva? Con esta información presente, ¿son tus problemas de verdad tan importantes? ¿Son los problemas que has sufrido o los desafíos a los que ahora tal vez te enfrentas tan serios cómo crees?

El tiempo que pasamos en este planeta es muy breve. En el esquema general de las cosas, nuestras vidas son solo notas pasajeras en el lienzo de la eternidad. Por eso, ten la sensatez de disfrutar de tu viaje y saborear el proceso

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