Diosa De La Fortuna
Si hay algo que siempre imploramos en los momentos más
críticos de nuestras vidas, eso es a la diosa Fortuna, cuando emprendemos un
nuevo camino en la vida siempre pensamos que ojalá tengamos suerte y consigamos
nuestro objetivo.
Para los romanos, Fortuna es la diosa de la suerte, buena o
mala, aunque siempre se tendió a asociarla con lo bueno -lo fasto- y la
fertilidad, de modo que la adversidad ha pasado a ser casi sinónimo de
infortunio o “algo desafortunado”.
Su alegoría solía ser la rueda de la fortuna, una especie de
ruleta que significaba el azar o lo aleatorio de la buena o mala suerte; en
cuanto a representación de su aspecto positivo, solía figurársele con la
cornucopia.
En otras representaciones Fortuna aparecía figurada de un
modo semejante a la Justicia con los ojos velados o con un timón ya que
pilotaba la suerte de la humanidad.
Fortuna era casi siempre considerada fasta (“afortunada”,
positiva para la gente), pero se distinguían con adjetivos sus otros posibles
aspectos: Fortuna Dubia (Fortuna Dudosa), Fortuna Brevis (Fortuna Breve) y
Fortuna Mala. La diosa Fortuna era la más caprichosa del Olimpo, al menos esa
es la creencia que todos tenían.
Su culto lo introdujo el Rey Servius Tullius en Roma y le
estaba consagrado el roble. A cada niño que nacía se le entregaba un trozo de
roble y puesto que el roble representa a la diosa Fortuna, el recién nacido
tendría suerte en su vida. El 11 de junio era el día de su fiesta y se la
considera hija de Júpiter y de Juno.
Fortuna es una de las divinidades más antiguas de Roma y el
Lacio; representaba la personificación del puro azar, cumplía cometidos
protectores sobre individuos o lugares. Era causante de sucesos prósperos o
desgraciados que acaecían a los hombres. Aunque recibió multitud de
advocaciones y su culto se extendió por igual por clases sociales diferentes,
fue muy venerada por los militares, hasta el punto que Julio Cesar decía que "en todo puede mucho la Fortuna y más
en la guerra" (Bellum Gallicum, 6,30,2). Muchas unidades militares
utilizaron a la diosa como madrina, e incluso el porcentaje de inscripciones en
honor a Fortuna es muy elevado en provincias con fuerte presencia militar, como
lo eran las regiones fronterizas de Germania, Dacia o Britania.
En Roma Hubo tres templos dedicados a la Diosa Fortuna en el
Quirinal, justo después de la Puerta Colline, que dio nombre a su distrito, El
Templo de la Fortuna Primigenia que se encuentra en la colina, el 25 de mayo
fue el día de la inauguración.
También conocida como
Tique
En la mitología griega, Tyche (en su forma latina) o Tique
(en su forma castellanizada), a veces también Tyché, Tike y Tiké (en griegoΤύχη
Týkhē),1 era la personificación del destino y de la fortuna en cuanto diosa que
regía la suerte o la prosperidad de una comunidad. Muchas ciudades de la Grecia
antigua tenían su propia representación de la diosa coronada con los muros de
la ciudad.
Dependiendo de los autores se le atribuían distintas
genealogías. Así, algunos la consideraban una de las oceánidas, hija de Océano
yTetis, mientras que otros la hacían hija de Hermes y Afrodita o de Zeus
Píndaro.
Tyche podía decidir cuál era la suerte de cualquier mortal,
y lo hacía de una forma aleatoria, junto con su ayudante, el dios Pluto. Se le
representaba jugando con una pelota, a veces arriba, a veces abajo, como
símbolo de la inseguridad de sus decisiones. Por eso nadie debía vanagloriarse
de sus riquezas ni dejar de agradecérselo a los dioses, pues esto podía
provocar que interviniera la diosa Némesis para ponerle en su sitio. De hecho,
Tyche estaba muy relacionada, por sus atributos, con Némesis, y con Agathos
Daimon (el espíritu del bien). Su equivalente en la mitología romana era la
diosa Fortuna.
No tenía una historia propia, ni se le rendía culto alguno. De
hecho, su figura como personaje fue desapareciendo y pasó a ser meramente una
abstracción del destino.
Aparecía en muchas monedas acuñadas en la época helenística
en los tres siglos anteriores a Cristo, sobre todo en las ciudades ribereñas
del Egeo, así como esculpida (Corinto). Dentro de la iconografía hispanorromana
un bello ejemplo es la Tyche o Fortuna de Itálica.
En la Edad Media se la representaba como una ciega que
portaba la cornucopia o un timón simbólico. También solía llevar la llamada
rueda de la fortuna, o bien se la situaba encima de la misma, presidiendo el
ciclo del destino.
En el arte grecobudista de Gandhara se la homologaba con la
deidad budista llamada Hariti.
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