Muchas personas preferimos
referirnos al budismo más como una filosofía de vida que como una religión, teniendo
como referencia las frases de Buda, sus máximas o sus textos como modo de vida.
La razón por la que el budismo
tiene tanto seguidores es la sencillez en como trasmiten mensajes llenos de
sabiduría que permiten mejorar nuestra calidad de vida. Pero para su
entendimiento e integración de significado no tenemos por qué hacernos
seguidores de esta religión.
Tan solo es necesario abrir
nuestro corazón y llevar a cabo una apertura mental con ilusión para
adentrarnos en la filosofía budista.
Frases de Buda que te
cambiarán la vida:
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional
Teniendo en cuenta que a las
personas solo nos puede dañar aquello a lo que le damos importancia, evitar el
sufrimiento inútil puede consistir simplemente en dar un paso atrás, desligarse
emocionalmente y ver las cosas desde otra perspectiva. El dolor es algo físico
e inevitable, pero el sufrimiento es una elección, depende de nosotros, de
nuestros pensamientos y emociones.
Lleva práctica y tiempo, pero
merece la pena llevar a cabo este gran aprendizaje. Como guía para ello, otra
de las frases de Buda que nos puede servir de referencia sobre cómo comenzar
es: “Todo lo que somos es el resultado de
lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de
nuestros pensamientos”.
Alégrate porque todo
lugar es aquí y todo momento es ahora
Solemos pensar solamente en el
pasado o estar excesivamente preocupados por el futuro. Esto nos lleva a no
vivir el momento y que nuestras vidas pasen de largo sin ser conscientes. El
budismo nos enseña el aquí y ahora. Por tanto, debemos aprender a estar
plenamente presentes, a disfrutar de cada momento como si fuera el único.
El pasado ya pasó y el futuro está
por venir, en realidad no podemos hacer nada por ello. Pero si vives el
presente y te centras en lo que estás haciendo, aprenderás a ser consciente, a
vivir el momento y a disfrutar de todas esas experiencias de las que eres
participe y antes no te dabas ni cuenta.
Cuida el exterior
tanto como el interior, porque todo es uno
Para encontrar un verdadero estado
de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. No
centrarnos demasiado en el aspecto físico o, por el contrario, en el aspecto
interior. Mantener un equilibrio nos ayudará a sentirnos más plenos y
conscientes del aquí y ahora, facilitándonos una plenitud emocional más rica.
Cuida tu exterior, pero también
cuida tu interior. Practica el contacto con lo que te rodea y no te olvides de
practicar el contacto contigo mismo, con tu interior. La meditación o el yoga
pueden ayudarte en esta tarea. El mundo es un reflejo de nosotros mismos.
Más vale usar
pantuflas que alfombrar el mundo
Para encontrar nuestra paz
interior, tenemos que ser conscientes de nuestros potenciales personales y
aprender a saber dosificarlos, así como nuestros recursos. De esta forma
viviremos un auténtico crecimiento y evolución. De nada sirven las prisas, los
impulsos y la velocidad.
Los grandes objetivos siempre se
consiguen a largo plazo. Por lo tanto, cultiva tu paciencia, dosifica tus
recursos y avanza. Poco a poco irás evolucionado, poco a poco irás creciendo
pero todo a su ritmo. Las prisas no son buenas consejeras, no lo olvides.
No lastimes a los
demás con lo que te causa dolor a ti mismo
Se trata de una de las frases de
Buda que nos permite eliminar casi todas las leyes y mandamientos morales
actuales en nuestra sociedad. Teniendo parecido significado con la frase “no le hagas a los demás lo que no te
gustaría que te hiciesen a ti”.
Esta reflexión es una de las
frases de Buda que va mucho más allá, ya que consiste en un profundo
conocimiento de nosotros mismos y una gran empatía para con los demás, que
requiere también de mucha conciencia y responsabilidad por nuestra parte.
Implica un darse cuenta acompañado de una buena práctica, poniéndonos en el
lugar de los demás.
No es más rico quien
más tiene, sino quien menos necesita
Nuestro deseo de tener más, tanto
en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas
nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su máxima se basa en aprender a vivir
con poco y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en su momento. Ello nos
llevará a una vida más equilibrada, reduciendo el estrés y muchísimas tensiones
internas.
El hecho de desear más cosas a
menudo solo indica falta de seguridad, que nos sentimos solos y necesitamos
llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos permite dejar atrás
la necesidad de no tener que demostrar nada. Las posesiones no nos llevan a la
felicidad. La felicidad es una actitud y por lo tanto es algo que se cultiva
desde dentro.
Para entender todo,
es necesario olvidarlo todo
De pequeños estamos en continuo
aprendizaje. Nuestro mapa mental aún no está diseñado, lo cual nos hace
abiertos a “todo” y a la capacidad de entender cualquier cosa. No sabemos
juzgar. Al contrario todo lo que nos sea mostrado, lo acogemos con ganas de
aprender y de disfrutar.
Pero a medida que crecemos,
nuestra mente se llena de condicionamientos y normas sociales que nos indican
cómo debemos ser nosotros mismos, cómo deben ser las cosas, cómo debemos
comportarnos e incluso qué debemos pensar interiormente. Nos volvemos
inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.
Para cambiar y ver las cosas desde
una perspectiva más sana para nosotros, tenemos que aprender a desligarnos de
las creencias, hábitos e ideas que no provienen de nuestro corazón. Para ello,
esta frase budista nos servirá para comenzar el proceso: “En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas
quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.
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