Es curioso hablar del poder que puede existir en una
oración, enunciado o sílaba que de alguna manera, parece que tiene un poder,
así como algo mágico, sin embargo, los mantras están hechos de manera que las
sílabas que los contienen produzcan un efecto en la persona que los piensa o
los pronuncia y son mucho más efectivos con su repetición, la magia, por así
decirlo, es que con la vibración que producen
permean con su efecto todo
nuestro cuerpo a nivel externo e interno.
Om Mani Padme Hum
Por ejemplo, entre los mantras más conocidos encontramos al
Mantra de Chenrezi o Avalokiteshvara que es el Budha de la Compasión, al
mencionarlo y sentir sus vibraciones pacifican nuestra mente y de alguna manera
nos permite esparcir también a los que nos rodean la energía de la vibración,
se dice que una emanación de éste Budha es el Dalai Lama y en realidad lo es,
con sólo observarlo se puede sentir su energía amorosa y convencernos a su vez
que es un ser lleno de amor y compasión hacia los demás. Éste Mantra puede ser
utilizado cuando deseamos que alguien esté tranquilo o por ejemplo, para que
sus condiciones de vida mejoren, justo en el momento que lo vemos podemos decir
en voz baja o en nuestra mente OM MANI PADME HUM deseando que se libere de lo
que le aflige, que obtenga paz emocional y mental.
En el caso de disipar obstáculos encontramos el Mantra de
Gurú Rimpoche “Om Ah Hum Vajra Guru Padme Sidhi Hum” que al repetirlo con sus
vibraciones nos permite llenarnos de la energía necesaria para eliminar
obstáculos externos y sobre todo los internos, como por ejemplo, cuando de
alguna manera no tenemos acceso a alguna enseñanza espiritual importante y por
alguna razón no podemos participar en ella por más que nos lo propongamos,
podemos repetir el mantra deseando que las condiciones mejoren o que de alguna
manera encontremos la claridad mental para hacer que las circunstancias en las
que nos encontramos nos beneficien.
Existe también el Mantra de Vajratsatva en su versión corta
“Om Vajratsatva Hum” o el de veintiocho sílabas, que sirven para protección y
purificación del karma negativo, en
realidad lo disminuye y no lo erradica, pues de alguna manera debemos recordar
y ser conscientes de que toda acción
(causa) tiene invariablemente una reacción (efecto).
Es importante señalar que los mantras pacifican a la mente y
no debemos vincularnos con ellos de manera teísta, esto es, creyendo que los
mantras harán todo por nosotros, por ejemplo que, si recitamos el mantra de
Manjurshi tendremos automáticamente sabiduría, esta es una visión equivocada,
lo que si obtendremos es una mente más libre, tranquila y dispuesta para
discernir y aprender, el resto del trabajo lo debemos hacer nosotros nadie más.
Hacer varias repeticiones de un mantra ayuda a fijar la
vibración en nuestro interior e impulsarnos a hacer de la mejor manera posible
lo que necesitamos realizar, por lo pronto, para pacificar la mente son de gran
ayuda, sin duda. Hablando de la Meditación cuando aún somos principiantes los
mantras ayudan mucho a la concentración mental.
Los mantras tienen diferentes niveles de impacto, depende de
la persona, de su desarrollo espiritual y el contacto que ha tenido con
maestros calificados que bendicen la práctica de los mismos, de hecho lo mejor
es que para realizarlos contemos con lo que se conoce como “empoderamiento” que
es como una autorización para practicarlos y recibir sus bendiciones sin
obstáculos, de hecho es la manera más seria de vincularnos con todo lo que es
la tradición de Oriente, específicamente la de la Cultura Tibetana.
El tema de los mantras es más profundo, sin embargo, para
comenzar es importante conocerlos, estudiar las cualidades que poseen y con qué
Budha están conectados. La investigación resulta ser muy reconfortarte y la
práctica mucho más, no pierdan la oportunidad de conocerlos y practicarlos aún
en su nivel más básico que contribuyen ni más ni menos que a la paz y salud
mental.
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