miércoles, 10 de febrero de 2016

Pranayama


Pranayama
Una de las prácticas centrales del yoga es pranayama: la ciencia del control de la respiración, o más exactamente, la manipulación de prana, la energía vital, a través de ejercicios de respiración. Prana es una sola palabra sánscrita para decir respiración, vida y energía cósmica. Yama se puede traducir como restricción. Esta forma de yoga tiene efectos físicos, mentales y espirituales y entre ellos están la vitalidad, la claridad mental y los estados superiores de conciencia.


El prana es la energía que está presente en todo el Universo. Es lo que genera vida, transformación y movimiento. Hace que las cosas se hagan manifiestas y desarrollen según la inteligencia universal. Es el fundamento de la vida cósmica. El prana es el medio que conforma nuestros aspectos más sutiles.
Conecta nuestro ser corpóreo con nuestro cuerpo astral. Es a través de esta fuerza universal que podemos elevar la energía kundalini y que nos lleva a estados superiores de conciencia. El yoga como técnica del Hatha Yoga y del Raja Yoga es en esencia el manejo del prana.
El prana es una de nuestras principales fuentes de energía, además de los alimentos. Aunque circula a través de nuestro ser energético, también se manifiesta en nuestro cuerpo de una forma material, en nuestra respiración. Regresar a nuestra respiración natural (profunda, rítmica y que emplea la totalidad de la capacidad pulmonar) es fundamental para que tengamos una salud radiante. Cuando inhalamos y exhalamos adecuadamente tenemos muchísima energía.
Nuestro sistema de defensas está más fuerte y todas nuestras células llevan a cabo sus funciones de manera adecuada al estar bien nutridas: crecimiento, desintoxicación, digestión, regeneración. Todo nuestro ser funciona mejor y nuestro bienestar aumenta.
La respiración óptima nos permite tomar suficiente oxígeno para llevarlo a la sangre y al cerebro, potenciando nuestras capacidades mentales.
Como es una función automática (controlada por el bulbo raquídeo), al hacerla consciente estamos activando una parte del cerebro más sofisticada (la corteza cerebral) y lo convertimos en un ejercicio mental. Nos sentimos llenos de energía, pero también por esto hace que tengamos unas facultades mentales (memoria, intelecto, razón, concentración) más desarrolladas.
La respiración está conectada con todo nuestro sistema nervioso: a través de una respiración profunda y plena nos sentimos calmados, con claridad mental, positivos y estables emocionalmente. Cuando abrimos el pecho para respirar bien, simbólicamente nos abrimos al mundo y nos expandimos.
Hacer consciente la respiración para optimizarla, además de su manipulación (pranayama), tiene por lo tanto varias implicaciones, que se suman al hacer óptima la toma de oxígeno y de prana: es una herramienta esencial para la unión entre mente, cuerpo y espíritu que busca el yoga. Existe una razón muy profunda por la cual el yoga da especial importancia a la respiración y el pranayama: el vínculo estrecho entre la respiración y nuestra mente.
El yoga según Patanjali, hemos dicho, consiste en aquietar la mente para encontrarnos con nuestro ser espiritual. Según el Hatha Yoga Pradipika: “Si la respiración es agitada, le mente está agitada. Controlando la respiración, el yogui alcanza la quietud mental.”
Cuando estamos tranquilos nuestra respiración es acompasada y profunda. Cuando estamos agitados o temerosos, nuestra respiración se vuelve superficial, rápida y arrítmica. Te damos otro ejemplo: cuando intentamos recordar algo o concentrarnos en un sonido, nuestra respiración se detiene durante algunos segundos.
Esto nos da una idea, una vez más, de la manera como la respiración está ligada a los estados mentales. Así como nuestros pensamientos y emociones afectan nuestra respiración, esta a su vez tiene un efecto inmediato en todo nuestro sistema y en nuestra mente.
Cuando pensamos en nuestra respiración, tienen lugar dos elementos importantes de la práctica de yoga: el recogimiento de nuestros sentidos y la concentración. Estas son algunas de las razones por las cuales la meditación más tradicional y sencilla se enfoca en la respiración.

Respirar consciente y totalmente nos da más atención y nos trae al momento presente, nos hace conscientes de nuestra vida y procesos interiores, nos ayuda a calmar los pensamientos y a acercarnos al silencio donde está el Universo dentro de nosotros. La respiración es el vínculo maravilloso que tenemos para centrarnos y regresar a nuestra esencia, perfecta e infinita.


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