jueves, 20 de agosto de 2015

Espacio Interior


Cuando la consciencia ya no está absorbida totalmente por el pensamiento, una parte de ella permanece en su estado original sin forma, sin condiciones. Esto es el espacio interior.
La vida de la mayoría de la gente está abarrotada de cosas: cosas materiales, cosas que hacer, cosas sobre las que pensar. Sus vidas son como la historia de la humanidad, que Winston Churchill definió como “una maldita cosa tras de otra”. Tienen la mente llena con el revoltijo de los pensamientos, un pensamiento tras otro. Esta es la dimensión de la consciencia del objeto, que es la realidad predominante de muchas personas y, por eso, su vida es tan desequilibrada. La consciencia del objeto necesita equilibrarse con la consciencia del espacio para que regrese la cordura a nuestro planeta y para que la humanidad cumpla su destino. El surgimiento de la consciencia del espacio es la etapa siguiente en la evolución de la humanidad.

Consciencia del espacio significa que, además de ser conscientes de las cosas  —lo que siempre resulta en percepciones sensoriales, pensamientos y emociones—, hay una corriente subterránea de consciencia. Esta consciencia implica que usted no solo está consciente de las cosas (objetos), sino también está consciente de estar consciente. Si puede sentir un silencio interior alerta en el fondo mientras ocurren las cosas en primer plano, ¡eso es! Esta dimensión está ahí en todo el mundo, pero la mayoría de las personas son completamente inconscientes de ella, A veces la señalo diciendo "¿Puede sentir su propia Presencia?"
La consciencia del espacio representa, no solo la libertad del ego, sino también de la dependencia de las cosas de este mundo, del materialismo y la materialidad, Es la dimensión espiritual que es la única que puede dar significado trascendente y verdadero a este mundo.
Cuando usted ya no está totalmente identificado con las formas, la consciencia —quien usted es— se libera de su encarcelamiento en la forma. Esta libertad es el surgimiento del espacio interior. Llega como un silencio, una paz sutil en lo profundo de usted, incluso ante algo aparentemente malo. Repentinamente hay espacio en torno al suceso. Hay también espacio en torno a los altibajos emocionales, incluso en torno al dolor, Y sobre todo, hay espacio entre sus pensamientos, Y de este espacio emana una paz que no es “de este mundo", porque este mundo es forma, y la paz es espacio. Esta es la paz de Dios,
Ahora puede disfrutar y honrar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una significación que no tienen. Puede participar en la danza de la creación y ser activo sin apego a los resultados y sin hacerle exigencias no razonables al mundo: realízame, hazme feliz, hazme sentir seguro, dime quién soy. El mundo no puede darle esas cosas, y cuando usted ya no tiene tales expectativas, todo el sufrimiento auto-creado termina. Todo ese sufrimiento se debe a una valoración excesiva de la forma y a una falta de consciencia de la dimensión del espacio interior. Cuando esa dimensión está presente en su vida, usted puede disfrutar las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin perderse en ellos, sin un apego interior a ellos, es decir, sin volverse adicto al mundo.
Cuando la dimensión del espacio está perdida, o más bien no es conocida, las cosas del mundo adquieren una importancia absoluta, una seriedad y una pesadez que en realidad no tienen* Cuando el mundo no se ve desde la perspectiva de lo sin forma, se convierte en un lugar amenazador y en último término en un lugar de desesperación* El profeta del Antiguo Testamento debió sentir esto cuando escribió: “No hay nadie ca~ paz de expresar cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente como para quedar satisfecho”
Descubra espacio interior produciendo lapsos en la corriente de pensamiento. Sin esos lapsos su pensamiento se vuelve repetitivo, sin inspiración, desprovisto de chispa creativa, como lo es todavía para la mayoría de la gente del planeta. No necesita preocuparse por la duración de esos lapsos. Unos segundos es suficiente. Gradualmente se harán más largos por sí mismos, sin ningún esfuerzo de su parte. Más importante que su duración es producirlos frecuentemente para que sus actividades diarias y su corriente de pensamiento queden salpicados de espacio. Sea consciente de su respiración. Dese cuenta de cómo ello aparta su atención de su pensamiento y produce espacio.
Descubra la sensación de la respiración. Sienta el aire entrando y saliendo de su cuerpo. Fíjese en la forma como el pecho y el abdomen se expande y se contraen ligeramente con cada inhalación y exhalación. Una respiración consciente es suficiente para crear espació donde antes había la sucesión sin interrupción de pensamientos. Una respiración consciente (dos o tres sería mejor todavía), hecha muchas veces al día, es una forma excelente de traer espacio a su vida. Incluso si meditara sobre su respiración durante dos horas o más, cosa que hacen muchas personas, una respiración es todo lo que necesita tener consciente, de hecho es todo lo que puede tener consciente. El resto es recuerdo o anticipación, es decir, pensamiento. Respirar no es en realidad algo que usted hace, sino algo que presencia mientras ocurre. La respiración ocurre sola. La hace la inteligencia del cuerpo. Todo lo que usted tiene que hacer es observarla. No hay esfuerzo involucrado en ella. Fíjese también en el breve cese de la respiración, particularmente en el punto de quietud al final de la exhalación, antes de empezar a respirar de nuevo.
Siempre que usted se siente molesto por un suceso, una persona o una situación, la causa real no es el suceso, persona o situación, sino una pérdida de la perspectiva verdadera, que solo puede proporcionar el espacio. Usted está atrapado en la consciencia del objeto, inconsciente del eterno espacio interior, la consciencia misma a consciencia del espacio tiene poco que ver con el “atontamiento”. Ambos estados están más allá del pensamiento. Tienen eso en común. Sin embargo, la diferencia fundamental es que en la primera usted se eleva por encima del pensamiento; en el otro usted cae por debajo de él. Una es el paso siguiente en la evolución de la consciencia humana, el otro es una regresión a una etapa que dejamos atrás hace siglos
El mayor impedimento para descubrir el espacio interior, el mayor impedimento para encontrar al experimentador, al Yo Soy sin forma, es enredarse tanto con la experiencia que se pierda usted en ella. Eso significa que la consciencia está perdida en su propio sueño. Usted queda atrapado en cada pensamiento, en cada emoción y en cada experiencia, hasta tal punto, que de hecho está en un estado similar al sueño. Este ha sido el estado normal de la humanidad durante miles de años cuando usted oye hablar del espacio interior puede que empiece a buscarlo, y, puesto que lo busca como si estuviera buscando un objeto o una experiencia, no puede encontrarlo. Este es el dilema de todos los que están buscando la realización espiritual o la iluminación, Por eso, Jesús dijo: "El reino de Dios no va a llegar en forma visible. No se va a decir: Aquí está, o Allí está’; porque el reino de Dios ya está entre ustedes", si usted no pasa toda su vida de vigilia con descontentó, preocupación, ansiedad, depresión, desesperación o consumido por otros estados negativos; si usted es capaz de disfrutar las cosas sencillas como escuchar el sonido de la lluvia o del viento; si usted puede ver la belleza de las nubes al moverse por el cielo o estar solo a veces sin sentirse solo o necesitar el estímulo mental del entretenimiento; si usted se encuentra tratando a un completo extraño con amabilidad sincera sin querer nada de él... Eso significa que se ha abierto un espacio, no importa cuán brevemente, en la incesante corriente del pensamiento que es la mente humana. Cuando ocurre esto hay una sensación de bienestar, de paz viva, aunque sea sutil. La intensidad variará desde quizás una sensación escasamente perceptible de contento hasta lo que los antiguos sabios de la India llamaron ananda, el éxtasis del Sen. Puesto que usted ha sido condicionado a prestar atención solo a la forma, probablemente no es consciente de ello excepto indirectamente. Por ejemplo, hay un elemento común en la capacidad de ver la belleza, de apreciar las cosas sencillas, de disfrutar su propia compañía. O de relacionarse con las demás personas con amabilidad. Este elemento común es una sensación de contento, de paz y de vitalidad, que es el fondo invisible sin el cual estas experiencias no serían posibles Siempre que haya belleza, bondad, el reconocimiento de la bondad de las cosas sencillas de su vida, busque el fondo de esta experiencia dentro de usted. Pero no lo busque como si estuviera buscando algo. No puede sujetarlo y decir, "Ya lo tengo", o agarrarlo mentalmente y definirlo de alguna manera. Es como el cielo sin nubes. No tiene forma. Es espacio: es silencio, la dulzura del Ser, e infinitamente más que estas palabras, que son solo señales. Cuando usted puede sentirlo directamente dentro de usted, se profundiza, Así pues, cuando usted aprecia algo sencillo —un sonido, algo que ve, que toca— cuando ve belleza, cuando siente bondad amorosa hacia otro, sienta la espaciosidad interior que es la fuente y el fondo de esa experiencia.

Otra forma de encontrar espacio interior: hágase consciente de ser consciente. Diga o piense “Yo Soy” y no le añada nada. Sea consciente del silencio que sigue al Yo Soy. Sienta su presencia, el ser desnudo, desvelado, no arropado. No es afectado por la juventud o la vejez, la riqueza o la pobreza, la bondad o la maldad, ni ningún otro atributo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...