domingo, 23 de agosto de 2015

Lo que nos impide ver la Verdad


Con esa sensación de querer hacer muchas cosas... todas las que no alcanzamos a realizar durante el año que siempre finaliza.
Con esa sensación de apremio porque "se nos acaba el tiempo".
Con esa sensación que es sólo eso... una idea proyectada de la mente.
El tiempo no se acaba.

El tiempo es donde lo infinito proyecta su imagen, y es tan sólo eso... el reflejo, lo irreal que se nos aparece como real... lo ilusorio, Maya, el sueño del cual vamos despertando.
Con esa sensación de que el dinero no nos va a alcanzar. Con esa sensación de que la crisis financiera ya se materializa en nuestro hogar. Con esa sensación que es sólo eso... una idea proyectada de la mente.
El dinero, la riqueza y la abundancia, son estados mentales.
Con esa sensación de que nos faltan el tiempo y el dinero han controlado nuestras mentes durante milenios. ¿Hasta cuándo? Hasta que nos hagamos libres.
Como sabemos, "la verdad nos hará libres"...
Aunque muchos prefieren lo irreal a lo verdadero. Aunque casi todos prefieran su cómoda, segura, pero esclavizante irrealidad. Nosotros, los buscadores de la luz, seguiremos insistiendo en que aquello que "ven" son sólo sombras proyectadas sobre el fondo mental, cual alegoría de la caverna de Platón.
Para aquéllos, buscadores de la luz, algunas coordenadas...
¿Hasta cuándo seguiremos buscando la luz?
¿Hasta que se cumpla alguna fecha especial o lleguen seres de otras galaxias?
¿Cuál es la verdad que nos hará libres?
¿Dónde está?
¿Nos va a llegar como revelación o hay que hacer algún esfuerzo para lograrla?
¿Qué nos impide ver la verdad?
¿Que nos impide SER la verdad?
¿Debemos perdonar nuestros pecados?, ¿liberarnos del karma?, o ¿transformar el Ego?
Todo lo que existe, siempre existió y siempre existirá. Hay una continuidad eterna en la unidad.
La muerte y la desaparición son aparentes... irreales.
La irrealidad existe como aquello que no es; lo ilusorio; lo que esclaviza; a lo que estamos atados por vínculos sociales, perecederos y, por tanto, irreales desde la perspectiva de lo divino.
Aquello que en verdad somos. Aquella verdad que somos que nos hará libre es, simplemente, reconocer... Aceptar en un cien por ciento sin importar los demás. Sólo Yo tengo que aceptarme en un cien por ciento todo lo que Yo Soy. Aquella verdad que nos hará libres, que ya es en nuestra esencia. Que nadie te la puede dar, que nunca la encontrarás, pues Ya Es en ti.
No la alcanzarás en alguna fecha especial ni te la traerán seres externos a ti.
Aquella verdad que nos hará libres es aceptar quien somos en un cien por ciento. Y luego, Ser íntegros.
Que mi palabra, pensamiento y acción sean una sola.
Todo esfuerzo por alcanzar la verdad está destinado al fracaso. Pues todo esfuerzo es de la mente. Y, precisamente, es la mente la que impide que podamos Ser la verdad en nosotros mismos.
No hay nada que hacer. Sino más bien dejar de hacer.
Que la Nada y el Todo son una misma energía.
Que no hay ningún pecado que perdonar, ni karma que se arrastra, ni ego, que no sean ficticios.
Sólo existe el orden divino.
El bien y el mal son criterios culturales humanos.
El karma es sólo el resultado de ignorar la ley de causa y efecto.
El ego no es más que el rol, el personaje que te tocó actuar, y que puedes cambiar a tu antojo cuantas veces sea necesario.
¿Necesario para qué?
Para seguir divirtiéndote.
Para despertar de la pesadilla y crear el sueño a tu gusto.
Todo es un juego cósmico de Dios.
Dios se divierte con nosotros y ríe a carcajadas...
¿No lo escucháis acaso?
Lo único de que se trata todo esto, es que nos divirtamos como niños. Recuerda... sólo los que sean como niños entrarán...
Las mentes viejas, preocupadas y añejas. Siempre serias, tradicionales, temerosas. Muy poderosas dentro de la cueva, han hecho hasta ahora de todo para mantener la hipnosis colectiva.
Pero muchos ya estamos despertando. Algunos ya pueden sentir el proceso...
Después de tantos años invirtiendo energía en pesadilla tras pesadilla ha llegado la hora de salir de la cueva.
¿Quién te lo impide?
¿Tus padres?, ¿tu familia?, ¿la sociedad?, ¿el sistema?, ¿tus miedos?, ¿tus apegos?, ¿tus compromisos?
¿Quién eres?
¿Quién está a cargo del conjunto que eres tú?
Deja todo lo que no Es.
No significa que seas un ermitaño en la montaña y abandones el mundo. A todo lo que en verdad existe no se puede renunciar.
El mundo está ahí; la "realidad" de 3a dimensión está ahí; tus vínculos y compromisos afectivos están ahí. Pero tú ¿quién eres? Si escapas a todo eso, la pregunta persistirá.
No hay razón para renunciar a nada.
Dejar todo lo que no Es significa que ya no te gobierna. Significa que ahora Tú estás al mando, has recuperado tu poder.
El poder de ser tú mismo. El poder de ser y hacer lo que en verdad tu corazón te señala, con fuerza y determinación.
El poder de dejar la duda y los temores como, tan sólo, detectores de ilusión.
El poder que te hará libre de la ilusión es que seas tú mismo en una aceptación total.
Sin externalizarlo a otros.
Eres tú.
Tú eres el llamado, tú eres el elegido, tú eres el iluminado que sale de la cueva hacia la luz.
En ti están el poder y cada una de las herramientas de luz necesarias para fortalecerse en el proceso de despertar.
La verdad que te hará libre eres TÚ.
Hacer lo que dicta tu corazón es hacer un trabajo espiritual. Reconocer la fuente del Amor desde tu corazón y hacia el corazón de todos los seres del universo; que están en mí y en ti.
Estamos todos unidos en un sólo pulso de amor universal.

No hay separación entre Dios y tú. Esa es la verdad que nos hace libres. La verdad del Amor, de la Unidad, de la divinidad, de la risa y el juego de la creación; de la manifestación que Yo Soy en ti, en mí y en cada uno de nosotros, aquí, ahora y siempre...

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