jueves, 13 de agosto de 2015

Relajación Profunda



Esta tabla de ejercicios los puede practicar cuando llegue a su casa después de una agotadora jornada laboral o cuando los problemas sean tan importantes que estén a punto de alterarle seriamente. El consejo es que sustituya siempre el consumo de medicamentos o alcohol, por estos ejercicios.


1. Túmbese en el suelo de espaldas sobre una alfombra. Ponga una almohada debajo de sus pies y un pequeño cojín en sus riñones y quizá también le será necesario una almohada cervical en la nuca. Lo importante es que la postura sea tan cómoda que no desee levantarse durante bastante tiempo. Evite dormirse.
2.  Cierre suavemente los ojos y trata de pensar en algún paisaje de película, pero no elija ningún lugar en el cual haya vivido experiencias anteriores, aunque sean placenteras.
3.  Lo importante es que su imaginación sea imparcial, no un recordatorio de épocas pasadas. Si tiene música ambiental procure que sea muy melódica.
4.  Dicte continuadas órdenes a todo su cuerpo para que se relaje y para que no sienta absolutamente nada. No se olvide también de relajar su respiración, su mandíbula y sus párpados.
5. Si está perfectamente relajado dejará de percibir su cuerpo y su mente quizá abandone ese lugar y prefiera viajar.
6.        Intente imaginarse que es capaz de levitar, que se está elevando del suelo y que se acerca al techo, sin esfuerzo.
7.        Una vez que ha alcanzado la paz mental que necesitaba es el momento de estirar todo su cuerpo. Primero contraiga fuertemente  ambas manos y ciérrelas con fuerza. Después de unos segundos ábralas y trate de estirarlas con igual energía.
8.   Relájelas y déjelas caer sin fuerza en la alfombra.
9.  Haga lo mismo con sus pies, cerrándolos con fuerza y después abriéndolos. También tiene que tirar del empeine hacia arriba y posteriormente hacia delante. Relájelos después igual que hizo con las manos.
10.      Recoja una rodilla y tráigala hacia el tórax. Después empuje la pierna hacia el frente, como si empujara una pared invisible.
11. Relaje la pierna y cambie a la otra.
12. Haga lo mismo con los brazos, cerrándolos hacia el hombro y luego estirándolos con fuerza hacia el frente. Cambie de brazo y relaje profundamente ambos.
13. Con los brazos estirados a lo largo del cuerpo arquee la espalda hacia arriba y manténgase así unos segundos. Relájese después y deje esa zona como muerta, insensible.
14. Ahora tendrá que desplazarse cerca de una pared para apoyar los pies en ella. Déjelos así unos segundos para que la sangre de las pantorrillas descienda hacia su corazón.
15. Ahora estire bien las piernas y ábralas en forma de uve, siempre apoyadas en la pared. Permanezca así al menos un minuto.
16. Finalmente, la incorporación debe hacerse paulatinamente.

17.    Primero apóyese en los antebrazos durante un minuto, después siéntese y ponga la cabeza en las rodillas, para levantarse poco a poco.

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