viernes, 28 de agosto de 2015

El Poder de la Visualización


La visualización consiste en utilizar tu imaginación para atraer a tu vida todo lo que deseas, y es una de las herramientas más poderosas para lograr resultados exitosos.
Si dedicas todos los días unos minutos a visualizar, estarás dedicando tu energía y foco a lo que quieres lograr. Y tiene una fuerza increíble para acercarte a ello.

¿Sabes por qué? Porque la mente no distingue entre lo que tenemos en realidad y lo que imaginamos… Así que imagina qué puedes lograr si la usas a tu favor.
Cada momento de tu vida es infinitamente creativo y el Universo es infinitamente ilimitado. Sólo tienes que formular una petición suficientemente clara y obtendrás todo lo que tu corazón desea.
La visualización creativa es la técnica de utilizar la propia imaginación para crear lo que se desea en la vida. No hay nada en absoluto nuevo, extraño o desusado en la visualización creativa. La venimos usando todos los días, todos los minutos. Es nuestra natural capacidad de imaginación, la energía creativa básica del Universo que utilizamos constantemente, aunque no seamos conscientes de ello.
En el pasado, muchos de nosotros hemos utilizado el poder de la visualización de un modo relativamente inconsciente. Debido a unos conceptos negativos de la vida profundamente arraigados, hemos supuesto e imaginado, de modo automático e inconsciente, las carencias, las limitaciones, las dificultades y los problemas como algo consustancial a nuestra vida. Y, en mayor o menor grado, esto es lo que hemos creado.
La utilización de nuestra natural imaginación de un modo cada vez más consciente, crearemos lo que deseamos: amor, plenitud, gozo, relaciones satisfactorias, un trabajo gratificante, poder expresarnos libremente tal como somos, salud, belleza, prosperidad, paz y armonía interiores, en definitiva, todo lo que nuestro corazón puede desear. El uso de la visualización es la clave para acceder a todo lo positivo y a los dones que fluyen naturalmente de la vida.
La imaginación es la capacidad de crear una idea, una imagen mental o una sensación de algo. La visualización consiste en utilizar nuestra imaginación para crear una representación clara de algo que deseamos que se manifieste. Luego, seguimos centrándonos en la idea, imagen o sensación de manera regular, comunicándole energía positiva hasta que se convierte en una realidad objetiva. En otras palabras: hasta que conseguimos realmente lo que hemos estado visualizando.
Nuestro objetivo puede ser de cualquier tipo: físico, emocional, mental o espiritual. Podemos imaginarnos a nosotros mismos en un nuevo hogar, con un nuevo empleo o manteniendo una hermosa relación, experimentando una sensación de calma y serenidad o viendo cómo mejora nuestra memoria y nuestra capacidad de aprender. También podemos imaginarnos controlando sin esfuerzo una situación difícil, o simplemente, vernos radiantes, llenos de luz y de amor. Podemos actuar a cualquier nivel y en todos ellos conseguiremos resultados. Luego, con la experiencia, descubriremos las técnicas e imágenes que, en cada caso concreto, puedan reportarnos mejores resultados.
Supongamos que está usted descontento con su actual situación laboral. Si tiene la sensación de que en líneas generales le gusta su trabajo pero hay aspectos que deben mejorar, podría empezar por imaginar esas mejoras que desea. Si esto no le da resultado o si piensa que es preferible cambiar de trabajo, concéntrese entonces en imaginarse a sí mismo desempeñando la actividad profesional deseada.
En ambos casos, la técnica es básicamente la misma. Primero, relájese hasta alcanzar un estado mental profundo, sereno y propicio para la meditación, y luego imagínese desempeñando su ocupación laboral ideal. Véase a sí mismo en un entorno físico óptimo, realizando un trabajo que le gusta y le llena, relacionándose con la gente que le rodea de una manera armoniosa, recibiendo el aprecio de los demás y la remuneración que considera adecuada en pago de su trabajo. A todo esto, añada cualquier detalle que le parezca importante, como el horario de trabajo, el nivel de autonomía y/o de responsabilidad que desee tener, etc. Trate de experimentar la sensación de que todo eso es posible; siéntase como si se tratara de algo que estuviera viviendo en el momento presente. En resumidas cuentas, imagínese las cosas tal y como le gustaría que fueran, ¡y como si ya estuvieran siendo así!
Repita este breve y sencillo ejercicio a menudo, unas dos o tres veces al día, o siempre que piense en el tema. Si tiene claro lo que desea y su voluntad de cambiar es firme, es muy probable que empiece a notar muy pronto que se producen ciertos cambios positivos en su trabajo.
Conviene sin embargo señalar que esta técnica no puede ser utilizada para «controlar» el comportamiento de los demás o conseguir que hagan algo en contra de su voluntad. Lo que esta técnica permite es derribar nuestras barreras internas —que se hallan en oposición a la armonía natural y a nuestra realización como personas— posibilitando que nos manifestemos en nuestros aspectos más positivos.
Para practicar la visualización creativa no es preciso poseer ninguna creencia metafísica o espiritual, aunque es necesaria la disposición a aceptar la realidad de algunos conceptos. Eso no implica forzosamente que haya que «tener fe» en ningún poder externo a nosotros. Lo verdaderamente necesario es albergar el deseo de enriquecer nuestros conocimientos y nuestra experiencia, y tener una mente lo suficientemente abierta para probar algo nuevo con una actitud positiva.
Estudie los principios y ensaye las técnicas con la mente y el corazón abiertos, y juzgue entonces por sí mismo si le son o no útiles.
Si llega a la conclusión de que son válidos, siga utilizándolos y muy pronto los cambios que se producirán en usted y en su vida sobrepasarán probablemente todo lo que pudo haber soñado.
La visualización creativa es mágica en el más verdadero y noble sentido de la palabra. Implica comprender e identificarnos con los principios naturales que rigen la acción de nuestro universo, y aprender a usar estos principios de la manera más consciente y creativa posible.
Si no hubiésemos visto nunca una flor abriéndose o una espectacular puesta de Sol y alguien nos lo describiese, creeríamos que es algo milagroso (que es lo que es en realidad). Luego, en cuanto hubiésemos visto varias veces estos fenómenos, empezaríamos a comprender cómo se producen y nos parecerían algo natural y no especialmente misterioso.
Lo mismo se puede decir del proceso de la visualización. Lo que a primera vista puede parecer asombroso o imposible para el limitado carácter de la educación que nuestras mentes han recibido, se hace perfectamente comprensible en cuanto aprendemos y ponemos en práctica los conceptos subyacentes que están implicados.
En cuanto empezamos a actuar de este modo, parece como si comenzásemos a obrar milagros en nuestras vidas... ¡Y así es!
El universo físico es energía. El mundo científico está empezando a descubrir lo que los maestros metafísicos y espirituales sabían desde hace siglos. En realidad, nuestro universo físico no está compuesto en absoluto de ninguna «materia». Su componente básico es un tipo de fuerza o esencia que podemos llamar energía.
Las cosas parecen ser sólidas y estar separadas unas de otras en el nivel en que nuestros sentidos físicos suelen percibirlas. Sin embargo, a niveles más sutiles, como por ejemplo, el atómico y el subatómico, la materia aparentemente sólida se ve como partículas más y más pequeñas dentro de otras partículas que, a la postre, acaban por no ser otra cosa que pura energía.
Físicamente, todos somos energía y todo lo que hay en nosotros y lo que nos rodea está hecho de energía. Todos formamos parte de un gran campo energético. Percibimos todas las cosas como separadas unas de otras, como algo sólido, cuando, en realidad, no son más que diversas formas de nuestra energía esencial que es común a todo. Todos somos uno, incluso en el más literal y físico de los sentidos.
Tu mente no solamente puede controlar tus emociones, habilidades o tu cuerpo, sino que también puede influenciar el mundo exterior que aparentemente está fuera de tu control

En otras palabras tu mente puede generar coincidencias increíbles para que te puedas acercar cada vez más a tus metas. Estas coincidencias pueden ser cosas que aparentemente no están relacionadas con lo que estás haciendo pero que aunque tú no lo sepas están bajo tu control.

· Piensa claramente en lo que quieres lograr.
· Define tus metas.
· Fórmate una imagen mental de lo que quieres lograr y visualízalo en tu mente.
· Invierte cierto tiempo diariamente en “soñar despierto”
· Cuando sueñes despierto, relájate, respira profundamente y disfruta el momento.
·  Usa tu creatividad para crearte una imagen mental lo más detallada posible de lo que quieres lograr.
·  Al visualizar lo que quieres lograr intenta usar todos tus sentidos en la imagen mental de lo que deseas.
·  Añádele a tu visualización los sentimientos que crees que te provocará el alcanzar lo que quieres.
·  Invierte como mínimo 10 minutos dos veces al día en este ejercicio de visualización.
·  Persevera.  No desistas en visualizar hasta que comiences a actuar hacia lo que quieres lograr.
· Permanece con una actitud positiva, sentimientos positivos, emociones positivas y por supuesto palabras positivas.
·  Mantén tu mente abierta y alerta para que puedas ver, descubrir y aprovechar las oportunidades que se presenten para lograr tu objetivo.
·  Nunca uses el poder de la visualización para dañar a nadie y menos a ti mismo.


Sigue adelante hasta que logres los resultados que esperas

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