Puede parecer un contrasentido que necesitemos relajarnos después
de haber dormido ocho horas a pierna suelta, pero es que la mayoría de las
personas estresadas confiesan que se levantan cansadas y tardan bastante tiempo
en ponerse en plena actividad. Recuerde la imagen de esas personas que se levantan
adormitados, no por falta de horas de sueño, sino porque no han conseguido
recuperar su energía y durante los primeros minutos van al cuarto de baño
tambaleándose y con los ojos semicerrados. Solamente una sacudida de agua fría
en su rostro es capaz de sacarles de su sopor.
Puede parecer un contrasentido que necesitemos relajarnos después
de haber dormido ocho horas a pierna suelta, pero es que la mayoría de las
personas estresadas confiesan que se levantan cansadas y tardan bastante tiempo
en ponerse en plena actividad. Recuerde la imagen de esas personas que se levantan
adormitados, no por falta de horas de sueño, sino porque no han conseguido
recuperar su energía y durante los primeros minutos van al cuarto de baño
tambaleándose y con los ojos semicerrados. Solamente una sacudida de agua fría
en su rostro es capaz de sacarles de su sopor.
Por ello le vamos a indicar unos ejercicios fáciles para que el estado
de relajación que Usted debería sentir en el momento de despertarse sea real y
que esté en condiciones óptimas de emprender la rutina diaria, a veces tan
insoportable que no nos extraña que no le apetezca levantarse.
1. Lo
primero y aunque le parezca un contrasentido, es abrir los ojos. No hay peor
manera de despertarse que una habitación en penumbras o unos ojos semicerrados.
Ábralos sin miedo y si puede mire a una ventana, suponiendo que pueda contemplar
algo mejor que las paredes del vecino de enfrente.
2. Sin moverse
aún, estire fuertemente sus piernas al frente.
3. Saque
los brazos de debajo de las sábanas y siéntese, mientras que los estira fuertemente
hacia arriba como hacía cuando era niño
y no tenía tantos complejos.
4. Bostece
con fuerza, sin miedo y frótese los ojos con energía.
5. Al levantarse
junte las piernas y realice rotaciones de las rodillas en el sentido de las
agujas del reloj primero y luego al contrario.
6. Arquee
la espalda hacia atrás y con las manos en los riñones encamínese al cuarto de
baño. Cuando llegue es posible que su estado de sopor ya no exista y se
encuentre hasta con buen humor.
7.
Un poco de agua fría en la cara, más
los habituales lavados corporales y la evacuación necesaria, le pondrán en un
estado óptimo para emprender sus tareas cotidianas. En ese momento habrá
comprendido la importancia de relajarnos al levantarnos y ese proceso no le
habrá llevado más de cinco minutos, los cuales podrá conseguir adelantando su
despertador esa pequeñísima porción de tiempo.
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